TEOTIHUACÁN: UN LUGAR SAGRADO EN EL CORAZÓN DE MÉXICO

Mucho antes de que los europeos llegasen a América, se desarrollaron con gran prestigio un gran número de complejas civilizaciones . A través del trabajo arqueológico se han podido sacar a la luz grandes secretos y enigmas, además de bellísimas construcciones y piezas de todo tipo, o dicho de otro modo: los investigadores están sacando paulatinamente a la luz lo que en su día los "conquistadores" quisieron ocultar para siempre.

Vista aérea del asentamiento

El asentamiento urbano y ceremonial de Teotihuacán se localiza en el Valle de México, y se dice que su cronología oscila entre el siglo II a.C y el año 750 d.C, y es visitado por un gran número de turistas cada año.

Las primeras fuentes datan de la época colonial y en ellas se habla que esta zona era visitada frecuentemente por los aztecas a quienes, por cierto, se le debe el nombre del asentamiento. "Teotihuacán" proviene del náhualt, la lengua de los aztecas, y significa literalmente "Lugar de los dioses". Jamás los indígenas llegaron a olvidar por completo esta ciudad, de hecho asistían con regularidad a los lugares de culto.



Fue William Henry Holmes en 1897 quien hizo las primeras descripciones del asentamiento. Las primeras excavaciones se dieron entre los años 1905 y 1910 y fueron dirigidas por Leopoldo Batres. Debemos decir que estas labores de excavación y reconstrucción alteraron notablemente la fisionomía de la pirámide del Sol, distando mucho el resultado de su estado original. Varios años más tarde, concretamente en 1918, se empiezan a publicar las primeras investigaciones arqueológicas serias sobre esta zona, con un nombre propio por encima de todas: los estudios de Manuel Gamio, centrados en su mayor parte sobre la zona de la Ciudadela. Fue además el primer arqueólogo mexicano que realizó en Azcapotzalco una excavación estratigráfica que resultó decisiva para determinar la datación de la zona.

A partir de 1960 se dieron las primeras investigaciones "clave", tales como Teotihuacan Mapping Project (realizada por René Millón, responsable de excavaciones y reconocimientos de la superficie para establecer la cronología exacta y su extensión) , Teotihuacan Valley Project (de William T. Santders, quien centró sus líneas sobre el ecosistema), las publicaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (a cuya cabea estaban Ignacion Bernal y José Acosta, quienes centraron su estudio en la Avenida de los Muertos.

Teotihuacán se enclava en una llana zona del Valle de México, muy cerca del Valle de Tehuacán, zona en la que desde hace cientos de años se han venido cultivando los productos más típicos de América del Sur, como la calabaza, el maíz o la alubia. Tal vez esta fue la causa por la que alrededor del año 600 a.C se asentó aquí un importante núcleo de población.

Teotihuacán fue creciendo paulatinamente hasta convertirse en un importante núcleo social bien organizado, lo que impulsó en gran medida su producción cultural en todas sus vertientes. Como consecuencia de ello, empezaron a levantarse notables construcciones en este entorno a partir del siglo II a.C, lo que supuso un importante cambio en el estatus social de este asentamiento, convirtiéndose en un lugar ceremonial y cívico de referencia.

Máscara de piedra verde hallada en Teotihuacán decorada con turquesas, obsidiana y concha (300-600 d.C)

Hasta tal punto fue su evolución, que Teotihuacán influyó en otras zonas y culturas de Mesoamérica. Prueba de ello son los objetos  relacionados con su horizonte cultural (máscaras de piedra funerarias, pequeñas figuras de barro, cerámica coloreada y otros objetos de obsidiana), como Oaxaca o la zona maya. Pero esta influencia no es unidireccional, sino que Teotihuacán también se vio influenciada por las cultura mesoamericanas limítrofes.

Durante el Período Clásico (300 d.c - 900 d.C), concretamente alrededor del año 300 d.C se da el momento de máximo esplendor de las culturas de Mesoamérica, y por ende de Teotihuacán. Concretamente durante este tiempo esta zona llegó a tener más de 200.000 habitantes.

Pirámide del Sol


Por ello se convirtió en una especie de "centro de comunicaciones" enorme, hasta tal punto que se colapsó brutalmente sobre el año 750 d.C. Como consecuencia de ello, Teotihuacán fue abandonado paulatinamente, sin saber exactamente los motivos que originaron este éxodo. Algunos investigadores apuntan a que el clima del momento y la situación política no eran para nada favorables y esto ocasionó el malestar de los ciudadanos; aunque aún hoy no está del todo claro.

Este abandono originó un estancamiento en los procesos de aceleración cultural de la ciudad que había impulsado a toda Mesoamérica y abrió una fase de expansión regionalista.

Como hemos mencionado, el período de máximo esplendor del centro urbano sería de tal magnitud que se dice que se extendía a unos 22 kilómetros cuadrados. Su planificación urbanística era plenamente cuadrada, con un trazado bien estudiado.

Detalles de los relieves del templo de Quetzalcóalt


El primer conjunto monumental sería alzado alrededor del año 150 d.C. Hablamos de la conocida estructura de cinco cuerpos llamada Pirámide del Sol, lo cual indica a su vez la implantación en Teotihuacán de un modelo teocrático a partir del cual empezó a desarrollarse la trama urbana y a su vez la organización de la sociedad. Esta pirámide, posiblemente destinada a un culto ocular, influyó de forma directa en todo el asentamiento. Unos 50 años después se alzaría la Pirámide de la Luna, hecha a dos kilómetros al Norte  de la primitiva Pirámide del Sol. Entre ellas, un ancho camino de 4 kilómetros conocido como la Avenida de los Muertos, la cual hace las veces de eje central y que a su vez se cruza con otra avenida en dirección Este - Oeste, dando como resultado una división del terreno en cuatro partes muy similares. A lo largo y ancho de todo ello se alzan los 23 restantes complejos arquitectónicos.

Representación de Tlaloc, dios de la lluvia y la fertilidad según los aztecas y localizado sobre la crestería de uno de los templos.


A muy pocos metros del extremo meridional de la Avenida de los Muertos se localiza la llamada Ciudadela, la cual (en sus orígenes) estaba completamente recubierta de pinturas policromadas y máscaras con incrustaciones de concha y jadeita. Esta construcción está compuesta por una plataforma plenamente cuadrada semienterrada y que sirve como sostén de pirámides, altares y templos. En su centro de alza el llamado Templo de Quetzalcóalt, hecho a base de seis cuerpos recubiertos de piedra. Llama la atención el gran número de serpientes esculpidas en bajorrelieve que decoran los muros de este templo, y que parecen emerger de fauces rodeadas por franjas de plumas, plumas que a su vez sirven como adorno de las propias serpientes, animales que parecen esta flotando sobre conchas y otros elementos marinos. Debemos señalar en este punto que las cabezas de serpiente, una de las primeras representaciones de Quetzalcóalt (o "Serpiente Emplumada") y principal divinidad mesoamericana, están alternadas con  las de otros dios, tal vez Tlaloc: la deidad de la lluvia.

Pinturas localizadas dentro del templo de Tlalocán, uno de los edificios cercanos a la Pirámide del Sol


El área residencial de Teotihuacán está formada por construcciones más o menos complejas, algunas hechas a base de piedra, otras simplemente con arcilla en forma de chozas, pero todas ellas organizadas en unidades habitacionales rodeadas por muros y con al menos un templo en su interior. Probablemente se trataba de unidades administrativas y grupos de residencia y producción.

Panorámica de la Ciudadela


La dilatada secuencia cronológica del yacimiento (del siglo II a.C al siglo VIII d.C) nos habla de un enclave donde existió un importante asentamiento histórico y que influyó de forma directa en otras civilizaciones de Mesoamérica al implantar de forma sobresaliente una serie de modelos culturales, soluciones urbanísticas y códigos artísticos sobre los que hoy todavía hay mucho por estudiar.


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