CHE: Usted ha venido a matarme... ¿Qué han dicho los otros?
M. TERÁN: No han dicho nada.
CHE: Eran unos valientes.
Cuenta Mario Terán, su verdugo, que no se atrevía a dispararle. Que veía al Che Grande. Muy grande. Cuenta que sus ojos brillaban con tanta fuerza que la vista se le nubló por momentos. Que fue el peor momento de su vida. Que mientras esto le pasaba, Guevara, sentado en un banco, le reprochó su actitud...
CHE: ¡Póngase sereno y apunte bien! Va usted a matar a un hombre...
Un paso hacia atrás. Hasta la puerta. El soldado cerró los ojos y disparó. Momento en el que murió un hombre; momento en el que nació una leyenda...
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