"EXTREMADURA DESDE EL AIRE"

En la Península Ibérica, por los caminos del sur, hay un país de ocre, blanco y verde, de tierra y agua, que conocen en todo el mundo como Extremadura.

La tierra de extremos de la época de la Reconquista ha sido desde antiguo por su amplitud geográfica y su situación de puente entre la Meseta y el Sur, un territorio sometido a las más variadas influencias. Tierra de los extremos, que no extrema.

Cuenta un autor anónimo, argumentando la denominación con avatares históricos, cómo el rey don Bermudo de León fundó un ejército que alistó a los extremos del Duero para pelear con don Vela, caudillo de los moros. Y, como el Duero fue extremo de ambos ejércitos, de aquella ‘Extrema Dorii’ salió el nombre de Extremadura.

Se ha dicho que esta tierra de frontera está lejos de todas partes. Pero eso, al menos ahora, es incierto, es falso.

Es posible que esté alejada del ruido, de la polución, de las prisas, incluso del poder. Pero está al lado de sí misma, y de los suyos. Mantiene inequívoca sus señas de identidad. Mima su historia. Vigila expectante el porvenir. El aire es aún transparente. Las aguas, vírgenes. La tierra, bien vestida. Las piedras engalanan y se perpetúan. El silencio es sonoro. La tranquilidad es paz. El sosiego; meditación y esperanza. Los sueños, poco a poco, se van haciendo realidad. Y el futuro aguarda a la vuelta de la esquina de cada amanecer; en las sombras de cada anochecida.

 Las gentes de esta Extremadura vieja, pero joven, siguen, como sus mayores, haciendo culto de la hospitalidad; practicando la confianza. Son conscientes de su pertenencia a una casa común que es Extremadura, Patria de glorias, suelo de historias, tierra de encinas que, libre, camina…

(Intruducción del programa: "Extremadura desde el Aire")

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