El retablo mayor de la Catedral de Plasencia (Cáceres) es, tal vez, el más importante retablo español de la primera mitad del siglo XVII. Una obra sobrada de calificativos tales como imponente, monumental y complejo, una pieza exquisita en la que se combinan las esculturas con los relieves y altorrelieves y todo ello con las obras pictóricas, como son los cuadros de Francisco Ricco entre otros.
Catedral de Plasencia, vista externa. Fachada plateresca. |
Es por ese motivo muy compleja de estudiar y seguir documentalmente ya que intervienen en ella diversos tipos de artistas, lo cual complica aún más si cabe su estudio.
Aunque es un retablo en sí mismo, es en el fondo y dado su tamaño y compleja composición, una obra tambien arquitectónica. No es de extrañar pues que muchos arquitectos del momento se dedicasen a la traza de retablos. Alonso de Balbás es uno de esos artistas que encarna en sí mismo esta doble dualidad: arquitecto y arquitecto de retablos.
Del mismo modo, los ensambladores y entalladores tendrían mucha importancia dentro de la fabricación de estas obras, pero tambien los carpinteros, quienes deberían diseñar una gran arquitectura ingenieril y que son ni más ni menos los que hacen que el retablo no se venga abajo y esté perfectamente cuadrado y colocado.
Pero la escultura en este caso es primordial. El responsable de tal hazaña es Gregorio Fernández. Hablaremos de su obra en las siguientes líneas. Pero intervienen muchos más especialistas de la materia como son los doradores y policromadores, y que a veces son a su vez grandes pintores. Como vemos, la obra de un retablo de madera es muy compleja por la cantidad de artífices que intervienen en ella y por ello no es sencillo seguir minuciosamente todos los pasos que se dan durante su elaboración, pues las labores de unos especialistas y otros en muchos casos se entremezclan dada la polivalencia de algunos de estos empleados.
Uno de los puntos más vitales de partida para la elaboración del retablo de la Catedral de Plasencia es su traza, y en este caso la responsabilidad cayó en Alonso de Balbás durante los años 1623-1624, pero por caprichos del destino esta ha quedado en un segundo plano por Gregorio Fernández y su escultura.
Retablo de la Catedral de Plasencia |
La obra propiamente dicha se le encarga la obra a él en colaboración con Andrés Crespo pero mientras estaban acumulando materiales para su ejecución, el cabildo dijo que no lo harían ellos: la tarea iba a pasar a manos de los hermanos y maestros ensabladores Juan y Cristóval Velázquez, aunque curiosamente se siguieron las trazas ya trazadas por Alonso de Balbás. Probablemente de haber continuado el proyecto de Alonso y Andrés, se hubiese superado con creces la obra que hoy vemos.
En la intrahistoria de la escultura pasó algo parecido: primero se habló con Martínez Montañés, pero este estaba en Sevilla… y fue finalmente cuando se decantaron por Gregorio Fernández, quien estaba muy ligado a su vez con los hermanos Velázquez.
En cuanto a su duración, hay que decir que su realización se dilató mucho en el tiempo: casi 10 años de ejecución (1624-1634), pero dando como resultado obras de gran calidad, con es el caso de la Ascensión.
Curiosamente se suele decir que obras como esta eran una especie de "laboratorio de ensayo" donde los mecenas, en este caso los cabildos, no ponían demasiados "peros" a los artistas y estos gozaban de una cierta libertad al tratarse de obras que no daban directamente con el exterior del inmueble. Sin embargo no por ello el coste era relativamente menor, de hecho la escultura resultó ser bastante cara, concretamente su realización rondó los 7000 ducados.
Los hermanos Velázquez empezarían a trabajar sobre el año 1625, año en el que se encarga la escultura a Gregorio Fernández y momento en el cual este hace una serie de puntualizaciones sobre la primitiva traza de Alonso de Balbás:
-Las hornacinas eran demasiado estrechas y propias del manierismo anterior, lo que obliga alga a las imágenes a salirse al exterior, con lo cual la sensación de relieve era extrema.
-Las columnas eran demasiado altas y había que acortarlas un poco.
-Los cuadros deben llegar hasta los entablamentos, en la traza de Alonso llegaban más abajo.
Las pinturas por su parte sadrían de la mano de Franciscoo Ricci, Mateo Gallardo y Luis Fernández y los temas más repetidos son los relativos a la vida de la Virgen y a Cristo. En la parte inferior podemos ver la Ascensión, de mediados del siglo XVII, La adoración de los pastores de Ricci y en la parte superior, la Adoración de los reyes de Mateo Gallarco y La Circuncisión, de Luis Fernández.
Retablo de la Catedral de Plasencia |
Todo el retablo está ricamente dorado y policromado y posee una enorme calidad y virtuosismo en todos sus elementos aquitectónicos, algo que sin duda alguna aumentaría el coste de fabricación de semejante pieza.
Al parecer los hermanos Velázquez ejecutaron la arquitectura "en blanco" por unos 6000 ducados, mientras que, como hemos señalado anteriormente, la escultura de Gregorio Fernández (y su taller) era de 7000. La Ascensión, una de las piezas destacada, sí salió de su mano. El dorado y la policromía sobrepasaría estas cifras: 14000 ducados . Esto lo harían Mateo Gallardo y Luis Fernández y Simón López como colaborador. Diego Valentín Díaz también tendría importancia en esta policromía.
Coste total de la obra: 30000 ducados, una cifra disparatada para la época, algo que solo podría alcanzar un cabildo con tanto poder y dinero en la Diócesis y una hazaña que no hubiese sido posible sin la ayuda de dos mecenas muy generosos (de ahí que tengan una serie de escudos en la parte superior dedicados a estos). Por su parte también hay escudos de los obispos de Plasencia.
En el primer plano vemos la maravillosa custodia, que es un derivado del retablo del Escorial y en definitiva de Trento. Es barroco, pero se inspira en las formas escurialenses. Se trata de una custodia con planta centrada, dos cuerpos, una cúpula y un baldaquino, que albergó a la virgen del Sagrari o (un regalo regio).
Lo complementan las imágenes insertas en sus hornacinas, algunas perdidas y en alusión a determinados personajes bíblicos, como Moisés o Aarón.
En la parte inferior podemos ver un sotobanco de mármol que sirve como apoyo y encima de él, el banco, con el plinto que sirve de elementos a la columna y con varias caras llamadas netos y decorado todo ello con elementos iconográficos: Evangelistas, Los Padres de la Iglesia Occidental... pero siempre siguiendo un cierto carácter didáctico en la obra.
En los tableros centrales hay unos motivos iconográficos en referencia a la Pasión de Cristo, algo que viene de Trento y necesariamente próximo al fiel para mover a la oración y el arrepentimiento. Uno de esos cuadros es un modelo en pequeño de pasos procesionales de Gregorio Fernández hechos para la Semana Santa. En el primer cuerpo está Santiago, San Juan Bautista… A los lados de la custodia los míticos: San Pedro y San Pablo.
El cuerpo superior está dedicado a la Virgen; es de tipo barroco y adelantado para su tiempo. La Asunción tiene dos planos diferenciados está enmarcada entre San Joaquín y Santa Ana, los padres de ella. A los lados dos figuras “extremos”: San Fulgencio (obispo de Cartagena) y Santa Florentina (monja abadesa), quienes son a su vez los patronos de la diócesis. En la parte alta: el Calvario completo; con Cristo, María, San Juan y María Magdalena, todo ello de una gran calidad técnica. A los lados: San José y Santa Teresa de Jesús. Se complementa lo superior del ático con imágenes de ángeles, muy típico de Gregorio Fernández (San Miguel, San Gabriel, San Uriel y un cuarto por razones de simetría).
Complementa todo ello la representación de las virtudes: la fe, la esperanza… En los tableros del banco central de los intercolumnios podemos ver escenas de la vida de la Virgen: los desposorios, la presentación en el templo, la huida a Egipto, la Inmaculada… Y en los lunetos, figuras de santos que tienen que ver con instituciones placentinas, pues aquí se trata de representar las devociones del pueblo. Además, se sabe que en Plasencia había un importante monasterio franciscano, de ahí que esté también San Francisco, pero tambien está San Buenaventura. Y como también hay un convento Dominico, del mismo modo está Santo Domingo y Santo Tomás de Aquino.
En determinados relieves podemos observar la tipología de los Cristos amarrados que se difundirán por toda Castilla, con una columna baja y una peculiar postura. Hay tambien unos sayones que tienen que ver con modelos manieristas.
El grupo de la Ascensión de la Virgen es una pieza excepcional de la escultura barroca que se adelanta a su tiempo porque Gregorio actúa como escultor y como pintor a la vez gracias a que le da perspectiva a la composición, algo propio de la pintura. Tiene una parte terrenal con San Pedro (izquierda) y Santiago, (derecha), exentas sobre la cornisa, casi voladas y casi fuera del marco que los encuadra. Es algo totalmente anormal, pues antes, durante el Renacimiento, todo, absolutamente todo debía estar correctamente enmarcado y encuadrado.
La Ascensión. Detalle. |
Las figuras paulatinamente se van alejando de bulto redondo: son casi un juego de alto y bajorrelieve, algo que también lo hace Roldán en el Retablo de la Caridad de Sevilla a finales del XVII. La Virgen placentina está en medio de unas nubes, una composición magistral y una iconografía que influirá de forma notable en el ámbito castellano. Se representa a una Virgen "niña", con un pelo y un manto que destacan por sus elementos naturales, realismo y verosimilitud. El objetivo es acentuar ese realismo, algo que sin duda consigue con el juego de pliegues y su policromía, en la cual se emplean colores novedosos tales como el azul celeste y la blanca túnica (cabe recordar que antes los colores más usados eran el azul oscuro y el jacinto para la túnica).
Al parecer este motivo se da porque al padre Marín Alberro se le apareción la Virgen con estos mismos colores y rodeada de símbolos del rosario. Esto, a priori algo insignificante, no lo era tanto en aquellos tiempos; hasta el punto de que el mismo Juan de Juanes pintaría una obra siguiendo estas descripciones.
En la policromía de la pieza intervino el maestro Diego Valentín. Además, debemos tener en cuenta que esta composición mariana influirá notablemente en la pintura. Prueba de ello son los lienzos de Zurbarán, quien en algunas de sus obras sigue el modelo impuesto por Gregorio Fernández en Plasencia.
Complementa todo ello un Calvario donde no se tuvieron en cuenta algunos principios del contrato en cuanto a su magnitud. En él podemos ver a Cristo muerto, con su barbilla hundida, los paños acartonados al aire y con una ornamentación pictórica que hunde sus raíces en modelos aún manieristas. Lo acompañan una serie de ángeles sobre la cornisa del frontón que repite Gregorio y que luego se difundirán. Estos modelos los toma de los anteriores renacentistas y vienen difundidos por los libros de Serlio y las obras de Palladio.
Detalle del Calvario |
Las pinturas de la parte inferior son de Francisco Ricci, y en ellas poodemos ver la Ascensión y la Adoración de los pastores, todo ello de mediados del siglo XVOO y siguiendo la tipología de la Virgen de Italia. En el cuerpo alto, "La adoración de los Reyes Magos" de Mateo Gallardo y La Circuncisión de Luis Fernández, este ultimo muy retardatario para la época. Parece del XVI, de 100 años antes por esa arquitectura clasicista y esos personajes que nada tiene que ver con esa pincelada suelta de mediados del XVII.
La "culpable" de que se hciciese este retablo fue la “Virgen del Sagrario”, un hito en la escultura medieval española y que siempre recibió culto en la catedral, posiblemente en la cabecera. Toda ella está recubierta de plata y se destinó a un museo. Es el germen de esa gigantesca y costosa obra. Singular, porque en España hay pocas obras recubiertas en plata, lo cual invita a pensar que es un legado de Oriente (Bizancio) que llega a Europa.
Hay un mayor naturalismo que en el románico: el niño juega y tiene una ligera sonrisa un tanto forzada. Probablemente fue hecha en León. La recubre una fina capa de plata. En el cinturón y la orifrés hay unas representaciones en tetralóbulos de leones, castillos (en referencia a Castilla y León) y un escudo posiblemente de Plasencia. Sería una imagen regalada por la monarquía a la ciudad de Plasencia, vinculada a la corona por antonomasia. Ella misma hace de “trono de Dios”, hecha para ser vista de frente. El material empleado fue la madera . Es una imagen ligera. Restaurada en varias ocasiones desde el mismo XVII.
3 Comentarios
A ti te ha dado clases Florencio, verdad?
ResponderEliminarCorrecto :-) He tenido la suerte de ser su alumno.
EliminarPues yo tengo examen mañana con él y tu entrada me está viniendo de maravilla. Jajajajajajaja
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