El significado de isla de Pascua (nombre que se empleaba de igual forma que el topónimo indígena Rapa-Nui) está estrechamente relacionado con la fecha exacta en la que Occidente la situó en el enclave que hoy conocemos, concretamente el 6 de abril de 1722, que coincide precisamente con el domingo de Pascual.
Moáis restaurados en el yacimiento arqueológico de Abu Tahai, cerca de la ciudad de Hanga Roca, en la zona occidental de la isla |
Tal día como ese, el navegador inglés Jacob Roggeveen fue a parar a un enclave que cartográficamente había sido denominado como Tierra de Davis , nombre que deriva del filibustero que allá por 1687 ya la había visto y la tenía en consideración por la zona del extremo septentrional de la mítica Tera Australis Incognita. Hemos de nombrar del mismo modo al marinero y amigo de Jacob, Carl Friedrich Behers, a quien se le debe la primera descripción de la isla de de sus habitantes.
Sin embargo Rapa-Nui fue olvidada durante décadas después de todo esto, hasta ser rescatada del olvido sobre el año 1770 gracias al capitán Felipe González y Haedo. Quedó entonces anexionada a la corona española con el nombre de San Carlos. James Cook (1774), Jean-François de la Pérouse (1786), Otto von Kotzebue (1816) o Frederick William Beechey (1825) fueron algunos de los nombres que visitaron e investigaron la zona durante algunos años. Las investigaciones científicas por su parte se le deben a Alfred Métraux y a Sebastian Englert, realizadas entre 1930 y 1940, y las excavaciones estratigráficas llegarían de la mano de Thor Heyerdahl en 1955.
James Cook (1728-1779) durante su viaje a la isla de Pascua. Estampa del siglo XVIII |
Era esta una "tierra minúscula, aislada en las inmensas soledades marinas" según Alfred Métraux y su poblamiento fue debido a la llegada de unos grupso de personas procedentes del Pacífico noroccidental, por la zona de las islas Marquesas. Esto sucedió allá por el año 500 y estas personas llegarían en canoas cargadas de animales domésticos, tales como gallinas, cerdos, perros o incluso ratas, así como vegetales (boniato, banano...).
Hay otra teoría que sostienen algunos arqueólogos como Thor Heyendahl según la cual los primeros pobladores procedían de las costas de Perú y su objetivo era avistar nuevas tierras. Para demostrarla, en 1947 viajó en una balsa de madera llamada Kon-Tiki desde Perú hasta las costas de Polinesia, un viaje que se dilató 101 días.
Afortunadamente y gracias a los análisis de ADN realizados sobre los restos humanos localizados en las sepulturas, se ha podido averiguar casi de forma exacta la procedencia de estas gentes.
Volviendo al año 500, Rapa-Nui era un enorme bosque donde las lluvias eran constantes y abundaban las palmas y las largas extensiones de toromiro, un arbusto hoy desaparecido con el que se realizaban todo tipo de objetos destinados a rituales y a uso diario. Rapa-Nui era muy diferente a lo que hoy conocemos, y las dificultades de implantar nuevos cultivos u obtener canales de riegos superficiales no hacían más que incrementar los problemas. Los cerdos y los perros se extinguieron, por lo que no quedó más remedio que buscar sustento en labores de pesca, caza y recolección. Fiel reflejo de esta vida precaria y modesta son los contextos domésticos, hechos normalmente con estructuras de carácter temporal.
La cronología se divide en tres fases.
- Del 500 al 1000. Intensa adhesión con la matriz polinesia.
- Del 1000 al 1500. Tendencia a una orientación teocrática que determinó un aumento de las construcciones ceremoniales sobre plataformas y de los famosos moáis, aquellas gigantescas esculturas megalíticas.
- Del 1500 al 1800. Se intensifican los conflictos y el poder tiende hacia el laicismo. El estrés durante estos años debió ser brutal. Se impusieron modelos de subsistencia y reglas en torno a las relaciones con las culturas de occidente, lo cual no hizo más que acelerar la desintegración social y en consecuencia, el abandono de la cultura tradicional.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, Rapa-Nui pasó a ser una fuente inagotable de mano de obra para la explotación de los depósitos de guano existentes en el litoral de Perú.
La población nativa descendió de forma brusca por culpa en gran parte de las enfermedades introducidas por los occidentales. Además fue sometida a puras estrategias de transuculturación.
SOBRE LOS MOÁIS...
Rapa-Nui es una isla volcánica de unos 166 metros cuadrados de extensión y localizada a 3.600 kilómetros de las costas de Chile, país al cual pertenece. Dentro de ella, los moáis son la manifestación diferenciadora con cualquier otra cultura colindante. Se trata de una tipología monumental diferenciadora y de gran complejidad dispersa por toda la isla. Normalmente estas esculturas están asociadas en conjuntos templarios de plataforma o "ahu" y viviendas de rango o "hare paenga".
Son auténticos monumentos antropomorfos esculpidos sobre la toba volcánica del Rano Raraku. Se han numerado más de 1000, muchos de ellos en torno a plataformas sobre las que probablemente estaban destinados. Otros se alzan alrededor de la isla de la costa, de espaldas al mar y mirando hacia los pueblos. Unas 400 estatuas, algunas muy elaboradas y otras apenas esculpidas, se localizan en otros puntos de Rano Raraku. Las dimensiones de estas piezas oscilan entre los 2 y 15 metros. El récord lo tiene una de 21 metros de altura, ahí es nada. El peso de estas piezas puede llegar a las 80 toneladas. La toba se adapta a los rasgos faciales, donde destacan la nariz y la barbilla, muy marcadas, y unos labios salientes. La cabeza es la parte más importante del cuerpo; de hecho el tronco y las extremidades apenas están trabajados y simplemente se marcan con bastas líneas rectas.
Recreación de la colocación de los ojos a un moáis. Tenían órbitas de coral. Hoy muy pocos tienen este original material. |
Se dice que es son esculturas de culto a los antepasados. También se han encontrado figuras en madera representando a hombres barbudos con torso esquelético, llamados moaís kava-kava, figuras femeninas muy delgadas, moáis paa-paa, y figuras de hombres-pájaro, moáis tangata manu, un culto muy denominante y documentado en muchos grabados rupestres, como se puede ver en el yacimiento de Orongo.
El desarrollo y empleo de un sistema de signos puramente gráficos lo podemos ver en las tabillas de madera o rongorongo donde se adivinan una serie de grafemas y formas geométricas y zoomorfas, posibles soportes para apuntar mitos y narraciones que se recitaban durante las ceremin
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