EL PRINCIPITO - Antoine de Saint-Exupéry (1943)




"He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos..."


"Será necesario que soporte dos o tres orugas si quiero conocer las mariposas..."

"Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones..."

"¡Es tan misterioso el país de las lágrimas!"

"Las semillas son invisibles, duermen en el secreto de la tierra, hasta que un buen día una de ellas tiene la fantasía de despertarse. Entonces se alarga extendiendo hacia el sol, primero tímidamente, una encantadora ramita inofensiva..."

"Conozco un planeta donde vive un señor muy colorado, que nunca ha olido una flor ni ha mirado una estrella y que jamás ha querido a nadie. En toda su vida no ha hecho más que sumas. Y todo el día se lo pasa repitiendo como tú: "¡Yo soy un hombre serio, yo soy un hombre serio!"Al parecer esto le llena de orgullo. Pero no es un hombre, ¡es un hongo!"

"No prolongues más tu despedida. Puesto que has decidido partir, vete de una vez..."

"— ¡Hazme ese favor, admírame de todas maneras!
— ¡Bueno! Te admiro -dijo el principito encogiéndose de hombros- pero ¿para qué te sirve?"

"— Sólo se conocen bien las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos..."

"Lo que hace más importante a tu rosa es el tiempo que tú has perdido con ella..."

"El quinto planeta era muy curioso. Era el más pequeño de todos, pues apenas cabían en él un farol y un farolero que lo habitaba. El principito no lograba explicarse para qué servían allí, en el cielo, en un planeta sin casas y sin población un farol y un farolero. Sin embargo, se dijo a sí mismo: "Este hombre, quizás, es absurdo. Sin embargo es menos absurdo que el rey, el vanidoso, el hombre de negocios y el bebedor. Su trabajo, al menos, tiene sentido. Cuando enciende su farol, es igual que si hiciera nacer una estrella más o una flor y cuando lo apaga hace dormir a la flor o a la estrella. Es una ocupación muy bonita y por ser bonita es verdaderamente útil...
(...)
Mientras el principito proseguía su viaje, se iba diciendo para sí: "Este (el farolero) sería despreciado por los otros, por el rey, por el vanidoso, por el bebedor, por el hombre de negocios. Y, sin embargo, es el único que no me parece ridículo, quizás porque se ocupa de otras cosas y no de sí mismo..."

"Los hombres ocupan muy poco lugar sobre la Tierra..."

"Para los reyes el mundo está muy simplificado. Todos los hombres son súbditos..."

"¡Qué planeta más raro! -pensó entonces el principito-. Es seco, puntiagudo y salado. Y los hombres carecen de imaginación; no hacen más que repetir lo que se les dice. En mi tierra tenía una flor: hablaba siempre la primera..."

"Me creía rico con una flor única y resulta que no tengo más que una rosa ordinaria..."

"A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan lo esencial del mismo. Ninca se les ocurre preguntar: "¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?" Pero en cambio preguntan: "¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?" Solamente con estos detalles creen conocerle..."

"Pero nosotros, que sabemos comprender la vida, nos burlamos tranquilamente de los números..."

"Tú no eres para mí más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes.Pero si tú me domesticas, entonces tendremos la necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo..."


"— Lo que más embellece al desierto -dijo el principito- es el pozo que oculta en algún sitio..."

"Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar..."

"A las lámparas hay que protegerlas: una racha de viento puede apagarlas..."

"— Únicamente los niños saben lo que buscan -dijo el principito-. Pierden el tiempo con una muñeca de trapo que viene a ser lo más importante para ellos y si se la quitan, lloran..."

"Si les decimos a las personas mayores: "He visto una casa preciosa de ladrillo rosa, con geranios en las ventanas y palomas en el tejado", jamás llegarán a imaginarse cómo es esa casa. Es preciso decirles: "He visto una casa que vale cien mil francos". Entonces exclaman entusiasmados: "¡Oh, qué preciosa es!"

— ¿Qué haces ahí?
— Bebo
— ¿Por qué bebes?
— Para olvidar. 
— ¿Para olvidar qué?
— Para olvidar que siento vergüenza
— ¿Vergüenza de qué? 
— Vergüenza de beber...

"Los ojos son ciegos. Hay que buscar con el corazón..."

"Este es para mí el paisaje más hermoso y el más triste del mundo. Es el mismo paisaje de la página anterior que he dibujado una vez más para que lo vean bien. Fue aquí donde el principito apareció sobre la Tierra, desapareciendo luego. Examínenlo atentamente para que sepan reconocerlo, si algún día, viajando por África cruzan el desierto. Si por casualidad pasan por allí, no se apresuren, se los ruego, y deténganse un poco, precisamente bajo la estrella. Si un niño llega hasta ustedes, si este niño ríe y tiene cabellos de oro y nunca responde a sus preguntas, adivinarán en seguida quién es. ¡Sean amables con él! Y comuníquenme rápidamente que ha regresado. ¡No me dejen tan triste!"


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