Muchos de nosotros hemos dicho alguna vez eso de: "¡Esto parece la casa de tócame Roque!" para referirnos a un lugar donde hay mucha gente y donde reina el caos y el desorden. Pero, ¿de dónde viene esa expresión?
Pues bien, su significado es totalmente real y de raíces castizas. Concretamente habría que remontarse de finales del siglo XVIII, donde según cuentan las crónicas, "había una casa de vecinidad fea e insalubre" a la altura de la calle el Barquillo de Madrid.
En realidad no era una casa como tal, sino una típica corrala madrileña compuesta por pequeñas casas. En ella, la algarabía, el alboroto y el caos social era el pan nuestro de cada día, todo ello fruto de la cantidad de gente que vivía en un lugar tan pequeño. Además, las personas que vivían en ella no eran precisamente las más privilegiadas de la ciudad. Muchas de ellas sufrían apuros en todos los sentidos. Pero sea como fuere, lo cierto es que el ambiente en el patio no era ni mucho menos tranquilo.
"La casa de tócame Roque", obra de Manuel García 'Hispaleto', Museo del Prado (Madrid) |
Al parecer, esta corrala era una propiedad compartida entre dos hermanos, Juan y Roque, quienes la habían recibido como herencia poco antes de la muerte de sus padres. Las constantes riñas entre ambos en las inmediaciones de este lugar por hacerse dueños del patio causaron furor entre los vecinos. "Tócame a mí la casa", decía Juan. "No, la casa tócame a mí", le respondía Roque.
No sé de cierto quién fue al final el que se quedó con la casa, pero parece que Juan más presionó y posiblemente terminó por desbancarle la casa a su hermano Roque. Los vecinos, para burlarse de él, le gritaban constantemente: "¡Tócame Roque!", para recordarle que había perdido la batalla. De ahí la picaresca expresión de "La casa de tócame Roque".
Se dice que Ramón de la Cruz realizó su famoso seinete titulado "La Petra y la Juana" tomando como referencia la vida diaria de este singular enclave español.
Algunas décadas después, allá por 1850, las autoridades dictaron que los vecinos de esa corrala debían abandonar sus casas por problemas de higiene e insalubridad, no sin antes montar una gran algarabía como muestra de rechazo ante tan notable desprecio de las autoridades. Aunque se opusieron con gran vehemencia ante las fuerzas del orden público, al final fueron desahuciadas de sus casas. Al parecer, los planes de remodelación de la trama urbana estaban detrás de todo esto, algo que, a pesar de haber ocurrido más de 150 años atrás, sigue muy presente en el día a día de muchas ciudades de España.
Placa conmemorativa de "La casa de tócame Roque", en la calle del Barquillo (Madrid) |
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