El estadounidense Frederic Edwin Church (1826-1990) está considerado
como uno de los grandes paisajistas del siglo XIX, y no es para menos.
Su obra destaca por reflejar de forma minuciosa los exóticos y atractivos paisajes naturales americanos.
Se trata de cuadros en los que, al igual que les sucedía a los impresionistas, buscan captar una atmósfera concreta que le impriman una personalidad propia a ese paisaje, aunque poco tienen que ver Frederic con el citado movimiento salvo en la temática.
En este caso, el artista se recrea en los detalles mínimos del enclave, trabajándolos de manera individual y de forma pausada hasta completar la obra.
Es difícil mantenerse en la línea de lo perfecto, si es que acaso existe la perfección, y tal vez ese intento de Frederic Edwin Church por crear obras casi inmejorables e implacables le lleva a "caer" en el idealismo pictórico.
Sus obras muestran (al menos eso creo yo) el paisaje real que existe, pero además lo muestra como él quiere que exista: perfecto, acabado, ideal, maravilloso, deslumbrante.
Sin embargo y a pesar de esta mínima apreciación, es cierto que estamos ante uno de los grandes paisajistas de su tiempo que firmó obras de una calidad extraordinaria.
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Altiplano con chozo, 1890 |
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Burro, Barranquilla, 1853 |
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Cotopaxi II, 1855 |
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Cotopaxi, 1855 |
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Dos casas en Barranquilla, Colombia, 1853 |
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Escenario tropical, 1853. |
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Icebergs, 1861 |
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Jerusalén desde el Monte de los Olivos, 1870 |
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Las cataratas de Tequendama, cerca de Bogotá, Nueva Granada, 1854 |
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Las cataratas del Niágaras desde el lado americano, 1867 |
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Lluvia en el Trópico, 1866 |
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Ocaso, 1858 |
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Palmeras y tejados, Ecuador, 1853 |
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Vista de Cotopaxi, 1858 |
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