LA CATEDRAL DE CHARTRES. COMENTARIO, ANÁLISIS.

Los orígenes de la famosa catedral gótica de Chartres de francia se remontan a un primitivo templo románico del que no se tiene constancia, pues fue prácticamente destruido por un voraz incendio, conservándose "tan sólo" la fachada oeste del templo y la distribución de la vieja cabecera, aunque con tintes ya plenamente góticos. Por este motivo se habla comunmente de un "primer" y "segundo" Chartres.


Catedral de Notre Dame de Chartres (Francia), realizada por el "Maestro de Chartres". Cronología: 1191-1220. Estilo gótico. Dimensiones: 

Al tratarse de una iglesia de peregrinación, las zonas del templo estaban claramente diseñadas para facilitar el tránsito de feligreses, esto es: una nave central dedicada al culto y dos laterales por la que se pudiese visitar el inmueble sin interrumpir la oración; acompañado todo ello por un doble deambulatorio en la cabecera.
Portada occidental

Cabe destacar la rápida reconstrucción del templo llevada a cabo fundamentalmente por la aportación económica de los fieles, lo cual influyó directamente en la forma y el estilo, algo singular teniendo en cuenta la naturaleza del edificio.

EXTERIOR.

 La más antigua fachada de la catedral de Chartres es la que se localiza en la parte occidental, pues en ella se conserva el Pórtico Real románico de la primitiva iglesia, sobre el cual se alza con gran pompa un gran triforio coronado en su parte superior por un amplio rosetón. Cierra este conjunto la galería central, que sirve como eje de comunicación entre las dos torres de la portada y que le imprimen esa forma tan característica de "H".

Pórtico Real

Llama asimismo la atención la diferencia entre los campanarios de la izquierda y la derecha. El de la derecha responde a los cánones típicos de la era románico, con su característico chapitel. El de la izquierda, trecientos años más moderno, deja al descubierto el gótico flamígero del siglo XVI.

Esta fachada refleja fielmente la nueva forma de construir: el muro deja de ser un soporte y se convierte en una especie de ligero paño donde las grandes cristaleras y vidrieras así como el rosetón central cobran especial relevancia, lo cual tiene un efecto directo sobre el la iluminación interior.

Los arbotantes y contrafuertes de los laterales acentúan aún más si cabe el empleo de cristales y vidrios ricamente decorados y que sirven además como soporte de los cuerpos superiores del templo.


De este modo el espacio interior cobra ahora una nueva vida. El cambio de estética es evidente: el recogimiento y la oscuridad del románico dejan paso a lo diáfano, lo iluminado y, en definitiva, a la luz casi divina que atraviesa esa ingente cantidad de cristal que le otorgan esa característica propia al arte gótico.

INTERIOR Y PLANTA. 

La estructura de tres naves es fruto de la decisión de conservar el Pórtico Real románico de tres portadas, al igual que ocurrió con la distribución de la cabecera previa a la gótica. El resto es totalmente renovado tras el citado incendio.




Cabe destacar el juego de volúmenes entre la nave central, mucho más alta, y las laterales, de menor altura. Del mismo modo llama la atención la desarrolladísima cabecera, la cual consta de un transepto de tres naves y dos portadas laterales, un doble deambulatorio articulado a partir de siete tramos radiales desiguales y finalmente tres capillas radiales con forma semicircular.



No es menos asombrosa la bóveda de crucería cuyos entrecruzados nervios mandan sus empujes a puntos concretos del templo como son los pilares gracias a esas columnillas adosadas que descansan en el suelo.



Fue aquí donde se dice que se acuñaron los pilares fasciculados poligonales y rodeados de cuatro columnillas o baquetones.

El alzado interior se libera de la función de carga. Consta de tres niveles diferenciados: los arcos de acceso a las naves laterales, el triforio y un alto claristorio que hace que la luz entre de forma casi vertical.

Las excepcionales vidrieras y numerosos ventanales (178 para ser más exactos) de la catedral de Chartres muestran un rico panorama iconográfico en el que las Sagradas Escrituras cobran una notable relevancia.


Esta catedral se convirtió en poco tiempo en el santuario francés casi por excelencia gracias en gran parte a una preciada reliquia mariana: la túnica que María vestía cuando nació su hijo Jesús. No es raro por tanto que gran parte de las esculturas del templo hagan referencia a episodios relacionados con la Virgen. Tómese como ejemplo La Anunciación y La Visitación.



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