Hace unos días, escuché a un ex-deportista de élite decir una frase que realmente me gustó. Decía que "Toda obra grande es fruto de la paciencia y la perseverancia". Y yo creo que es cierto.
¿Sabéis? Dicen que el proceso de crecimiento de una planta de bambú japonés es extremadamente lento. Desde que se siembra la semilla hasta que empiezan a verse los primeros tallos pueden pasar hasta 7 años. ¡7 años! Pero es a partir de ese séptimo año cuando ocurre lo más espectacular, pues en cuestión de apenas 6 semanas, la planta crece, crece y crece hasta llegar a alcanzar los 30 metros de altura. Alucinante, ¿no?
Muchos nos preguntaremos, ¿qué ha pasado durante esos 7 años? ¿Por qué no crecía la planta? ¿Por qué no veíamos nada? Lo cierto es que la planta sí crecía, pero muy despacio, ya que durante todo ese tiempo ha estado formando un complejo sistema de raíces para mantenerse fuerte y robusta durante toda su vida y evitar que un golpe de aire la tire al suelo.
Sin duda alguna el impaciente abandonaría el cultivo de la planta a los pocos días de haberla sembrado, pues al no ver sus frutos le parecerá que está empleando su tiempo y su trabajo en algo absurdo, y la semilla morirá.
Sin embargo, aquel que es constante, perseverante y paciente seguirá regándola todos los días, un poquito cada día, y tendrá mucha fe y esperanza en poder llegar a ver algún día esta espectacular planta en todo su esplendor. Y verá sus resultados.
¿Qué pretendo decir con esto?
En muchas ocasiones nos vemos desbordados ante los problemas diarios y pretendemos encontrar soluciones rápidas, tener éxito ya, triunfar aquí y ahora, sin importarnos nada más. Y es precisamente por eso por lo que muchas veces fracasamos, pues siempre, en cualquier circunstancia de la vida, el éxito es la suma del esfuerzo, la constancia y la perseverancia. Y todo ello requiere su tiempo y su dedicación.
Por lo tanto, si alguna vez dedicas tu tiempo en hacer algo que te gusta y en lo que tienes puesto mucha ilusión pero no terminas de ver los resultados esperados, no ceses en el empeño, no bajes los brazos, no te rindas. Piensa que lo mejor siempre está por llegar. Piensa en el proceso de maduración del bambú japonés.
Como dijo Pepe Mujica: "Lo imposible sólo cuesta un poco más y derrotados... derrotados son sólo aquellos que bajan los brazos y se entregan. La vida te puede dar mil tropezones en todos los órdenes: en el amor, en el trabajo, en la aventura que estás pensando, en los sueños que piensas concretar; pero una y mil veces estás hecho con fuerzas para volverte a levantar y volver a empezar, porque lo importante es el camino..."
Ánimo.
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