PRINCIPALES ESCULTURAS DE MIGUEL ÁNGEL

David

"David", Miguel Ángel, 1501-1504, 4,34 metros, Galería de la Academia, Florencia.

Miguel Ángel recibió el encargo de tallar un bloque de mármol de extraordinaria altura y muy estrecho, notablemente maltratado que había permanecido durante 40 años en el patio de obras de la catedral. Esta estatua colosal representa a David como un joven atleta, musculoso, con la mirada fija, a la espera de divisar a Goliat; con la mano la derecha sostiene la piedra, y cola sujeta la onda. A la perfección clásica en el modelado del cuerpo se unen estratégicos detalles que dan visibilidad y revelan un cuerpo sometido a una gran tensión: la cabeza sobredimensionada; expectante y segura; el vigor concentrado en su mano robusta, tamaño exagerado la hace más poderosa; la disposición en zig-zag del cuerpo, etc. Son recursos de su famosa terribilitá, alejándose de los cánones clásicos en favor de la expresividad. Incluso las extremidades se vieron contenidas a causa de la estrechez del bloque de mármol, toda la tensión dinámica de un cuerpo vigoroso. Miguel Ángel sorteó la frontalidad al dar un leve giro la cabeza, obligando así al espectador a rodear las figuras. El éxito del David fue tan clamoroso que una comisión, entre cuyos miembros constaban Leonardo y Botticelli, decidió colocarlo en la celebre plaza de la Signoria en vez de la catedral; lo que la convirtió en símbolo político de la ciudad de Florencia

Moisés

"Moisés", Miguel Ángel, 1513-1516. Mármol. 2,35 metros, San Pietro in Vincoli, Roma. 

Esta es una de las pocas figuras que sobrevivieron al ambicioso proyecto de tumba de Julio II, uno los encargos que Miguel Ángel recibió con mayor entusiasmo, pero nunca fue culminado. Algunas teorías consideran que el gesto irritado y la mirada fulminante de Moisés se producen en un momento antes de que rompa las Tablas de la Ley, cuando descubre que su pueblo ha traicionado a Dios. Otras afirman que responde al momento en que Dios profetiza que no pisará la tierra prometida; este caso, el fracaso en la meta de su vida sería comparable al del Papa Julio II que, a pesar de acometer grandes empresas, no logró unificar los Estados Pontificios. La tensión juvenil del David se ha trocado aquí en indignación: la fiereza de la mirada, las poderosas manos maltratando su barba, los músculos en tensión... son el perfecto resumen de la terribilitá. 

Tumbas de Lorenzo y Giuliano de Médici 

"Tumbas de Lorenzo y Guliano de Médici", 1521-1534, Basílica de San Lorenzo, Florencia.


Los dos sepulcros ocupan paredes opuestas de la sacristía nueva de San Lorenzo de Florencia. Planteados como sepulcro retablo, simétricamente dispuestos, una estructura piramidal con dos figuras alegóricas sobre cada sarcófago y la imagen del difunto encima. Los duques, rostros no son retratados (a Miguel Ángel no le interesaban los parecidos) están idealizados como generales romanos. Lorenzo El Magnífico está sentado; le acompañan las alegorías que simbolizan las horas de transición (Aurora y Crepúsculo). Su hermano Giuliano se muestra gallardo y lo acompañan las alegorías que simbolizan las horas positivas (Noche y Día). La condición de inacabados o non finito de las alegorías masculinas y la distorsión de sus cuerpos rotundos a causa de las complejas posturas que adoptan se alejan de los ideales renacentistas que presagian el manierismo. Este genial monumento destaca por la singular relación que se establece entre ambos conjuntos escultóricos y la Madonna de los Medici situada en una tercera pared. El hecho de que ambos duques miren hacia la melancólica Virgen establece un singular contacto visual y espiritual. 

Piedad del Duomo de Florencia 

"Piedad del Duomo de Florencia", 1547-1555, 2,26 metros, Museo dell'Opera del Duomo, Florencia.

Con cerca de 70 años, Miguel Ángel comenzó a trabajar en diferente proyecto para su monumento funerario. Esta Piedad, que hay en el Museo de la Ópera del Duomo, fue destruida por el artista en un arranque de cólera y reconstruida con poca fortuna por el escultor Calgani. Mantiene una estructura piramidal como La Piedad vaticana pero es más vertical. El cuerpo de Cristo adopta una postura en zig-zag de tipo manierista y es sostenido por Nicodemo, tras Jesús, y María Magdalena, que lo entregan a la Virgen, a la derecha. El rostro triste de Nicodemo es un autorretrato de Miguel Ángel y se sitúa en el vértice superior de la composición. La cabeza de Cristo y de la Virgen se unen estratégicamente, en alusión a la estrecha relación entre madre e hijo. 

Piedad Rondanini 

"Piedad Rondanini", 1552-1564, 1,95 metros, Castello Sforzesco (Castillo de Los Sforza), Milán 

Miguel Ángel trabajaba en ella poco antes de su muerte. Está inacabada y en ella profundiza en el sentido vertical de la composición. La Virgen, de pie, sujeta el cuerpo de su hijo muerto. Las dos figuras sumergidas transmite la unión total de madre e hijo, incluso parecen evocar la resurrección a través del estrecho abrazo en que se funden. La sensibilidad que transmite esta obra la acerca a la escultura contemporánea.

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