El "Éxtasis de Santa Teresa" (1647-1652) de Bernini es un espectacular conjunto escultórico localizado en la Capilla Carnaro de Santa María della Vittoria en Roma, donde consigue reunir de una manera magistral arquitectura, escultura y pintura en un singular espacio escenográfico. De hehco es difícil separar la escultura como tal de la localización, pues el encuadre usado por el artista es de tanta importancia como la la obra en sí misma.
La capilla como tal es un derroche de mármoles y jaspes de colores que funciona casi como escena teatral en la que el Éxtasis es el euténtico protagonista en el "escenario".
Santa Teresa, que está en auténtico trance, está esperando a que un misterioso ángel con una sonrisa un tanto enigmática traspase de nuevo su corazón con la lanza de fuego.
"Tan real era el dolor que suspiré varias veces en voz alta y sin embargo era indescriptiblemente dulce de forma que no podía desear verme liberada de ello" (Santa Teresa)
La figura de Santa Teresa muestra ese momento, con un cuerpo totalmente desmayado, la cabeza caída hacia atrás y la boca entreabierta de la que saldría un inaudible quejido.
La escena es iluminada por una ventana de cristal amarillo que ayuda a crear la ilusión de que el conjunto es bañado por los rayos de sol dorados que hay tras ellos. Los rayos parecen provenir de la misma bóveda, presidida por un fresco que invade la estructura arquitectónica y que recrea un paraíso con el Espíritu Santo evidente a los ojos humanos porque los ángeles apartan las nubes para que sus rayos bendigan el Éxtasis.
Los grupos escultóricos de la familia Carnaro se asoman a unos balcones laterales -en las paredes de la capilla- que convierten las tradicionales tumbas de pared en "palcos" de un teatro de tal forma que los espectadores se quiparan a los muertos en su contemplación de la escena.
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