Dentro de las relaciones entre comunidades en época prerromana hay una institución llamada en hospilium u hospitalidad que tradicionalmente se ha considerado peculiar y características del mundo hispanocelta. La referencia literaria principal a ella es de Diodoro Siculo (Biblioteca V, 34): "Los celtíberos correctos y benevolentes con los extranjeros pues a todos aquellos que se les presentan les requieren para que hagan un alto y disputa entre sí por la hospitalidad que les brindan, y a quienes los extranjeros complace, a estos los encomiendan y los consideran gratos a los dioses".
Tésera de hospitalidad, Museo Arqueológico de Madrid. |
En la epigrafía del área de indoeuropea, en la mitad norte peninsular, se ha hallado una serie de pactos de hospitalidad grabados en las denominadas tesseras o téseras, pequeñas plancha en bronce o plata y de forma figurada (jabalí, delfín, manos entrelazadas o formas geométricas) de las que cada parte comprometida conserva una mitad. Realizadas en unos casos en el escritura ibérica y lengua celtibérica y en otros en escritura latina y lengua celtibérica o latina, se ubican cronológicamente entre los siglos II antes de Cristo y I después de Cristo.
Según estos restos, el hospitium es una fórmula de relación jurídica por la que dos contratantes (dos individuos particulares, un individuo y una comunidad ciudadana o dos grupos parentales) acordaban voluntariamente el otorgamiento de derechos y deberes mutuos de transmisión hereditaria; acciones propias de una sociedad en la que no existía un derecho internacional que protegiese "al de fuera".
Un ejemplo lo ofrece la tésera de los Lugeyos, probablemente en Astorga: "En el consulado de Cayo César, hijo de Augusto y Lucio Emilio Paulo (siglo I después de Cristo), la civitas de los Lugeyos de la gens [región] de los Astures, del convento de Ara Augusta (Astorga), hizo un pacto de hospitalidad con Cayo Asinio Galo, sus hijos y descendientes [...]"
El hospitium celtiberico no es diferente en su naturaleza histórica al del resto de los pueblos indoeuropeos, como los galos y los hermanos o de la Grecia homérica y la Roma antigua. Es muy probable que los pactos entre dos comunidades o dos individuos indígenas estuvieran supervisados por Roma, que los habría usado como elemento integrador de las propias comunidades.
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