Casi todas las obras de Pieter de Hooch (1629-1684) muestran el tranquilo y sosegado ambiente de la ciudad de Delft. Nos ofrece estampas de la vida cotidiana a través de calles, patios e interiores muy bien conseguidos.
En este Patio de una casa de Delft del año 1658 y conservado en la National Gallery de Londres podemos observar precisamente todo ello: unas personas se encuentran en el interior de un pario de una vivienda típica de la zona. De hecho da la sensación que el artista le da casi más importancia a la estructura arquitectónica y al espacio que a los propios personajes, ya que de forma totalmente meticulosa plasma cada detalle del inmueble para sorprender al espectador. También es muy sugerente el juego de contrastes entre el viejo muro de ladrillos de la parte derecha con el nuevo arco y la pared de la izquierda. A pesar de ello, la sensación de equilibrio es notable y lo consigue tal vez por la composición hecha con gran fidelidad. De hecho parece que los elementos que se encuentran en posición irregular, como la escoba o el cubo, no afectan al orden de la escena, y además nos ofece información sobre las labores que se están desarrollando en el patio.
Los personajes que aparecen son propios de la pintura de Pieter de Hoock: revestidos con un aspecto sobrio y sin dominar en el espacio donde se hallan, tal vez para que puedan integrarse en él.
Habitualmente este tipo de cuadros eran comprados por la clase media-alta para colgarlos en sus casas (de hecho con el paso de los años gran parte de los personajes representados son aristócratas), aunque el estilo apenas varió.
Finalmente cabe destacar el recurso empleado en la galería de la izquierda que sirve para comunicar el interior de la estancia con la calle u otro exterior, algo que emplearía en cantidad de obras y que le otorgan un signo de identidad claro en su producción artística.
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