EL GÓTICO

 El arte gótico es un estilo artístico que se desarrolló en Europa cristiana desde finales del siglo XII hasta el siglo XV, durante el periodo conocido como Baja Edad Media. El término "gótico" tiene connotaciones negativas y se deriva de la expresión "A la maniera dei goti" (a la manera de los godos), acuñada por el artista italiano Vasari para contrastarlo con el arte clásico.

En el contexto histórico del arte gótico, se observa un optimismo y una valoración positiva de la naturaleza. Esto se basa en postulados como la escolástica de Santo Tomás de Aquino, que otorgaba un nuevo protagonismo al mundo sensible, y la influencia de la Orden del Císter de San Bernardo de Claraval. San Francisco de Asís también jugó un papel importante al ver en la naturaleza el reflejo del amor creador de Dios. En contraste con el mensaje apocalíptico del arte románico, el arte gótico promovió una idea de vida más terrenal y amable, producto de la generosidad de Dios.

Además, la secularización del conocimiento impulsó el surgimiento de una cultura laica durante este periodo. El desarrollo del comercio, especialmente en las rutas mediterráneas controladas por las repúblicas italianas y la Corona de Aragón, favoreció el crecimiento urbano y, consecuentemente, la construcción de edificios civiles y religiosos. La burguesía y las monarquías se fortalecieron, lo que impulsó el mecenazgo regio y el arte cortesano.

Sin embargo, el siglo XIV estuvo marcado por el agotamiento económico provocado por la expansión feudal, la devastadora epidemia de la peste negra y conflictos relevantes como la Guerra de los Cien Años y las disputas internas dentro de la Iglesia debido al Cisma de Aviñón. Estos factores contribuyeron al declive del arte gótico y prepararon el terreno para el surgimiento de nuevos estilos artísticos en el Renacimiento.

Efectivamente, el arte gótico supuso un auténtico cambio de mentalidad y una nueva forma de entender la relación entre lo humano y lo divino. En el seno de la Iglesia, comenzó a cuestionarse la ostentosa vida y obras de los monjes cluniacenses, con el objetivo de volver a la "Regla de San Benito". Esta reforma fue promovida por San Bernardo de Claraval y buscaba promover una vida evangélica humilde, rigurosa y sacrificada.

En este contexto, se planteó la necesidad de construcciones que se alejaran de la ostentación y reflejaran los principios de modestia y sencillez. Por lo tanto, en cada cenobio (monasterio) debía haber ciertos espacios esenciales que se adaptaran a esta nueva visión de vida monástica. Estos espacios incluían:

1. Oratorio: Un lugar destinado a la oración y la celebración litúrgica. En el arte gótico, los oratorios se caracterizaban por sus altos y elegantes arcos, vitrales que permitían la entrada de luz y una sensación de verticalidad que buscaba elevar el espíritu hacia lo divino.

2. Refectorio: El comedor comunitario donde los monjes se reunían para tomar sus comidas. En el contexto de la reforma de San Bernardo, se buscaba fomentar la frugalidad y la sobriedad en la alimentación.

3. Dormitorio: El espacio destinado para que los monjes descansaran y durmieran. En el arte gótico, los dormitorios monásticos solían ser espacios amplios con camas individuales o compartidas, y se buscaba que fueran lugares de recogimiento y descanso.

4. Celda para los huéspedes y el portero: Además de los espacios esenciales para la vida monástica, se incluían áreas para recibir a los huéspedes y a los porteros, quienes se encargaban de recibir y atender a los visitantes del monasterio.

Estas disposiciones arquitectónicas reflejaban la búsqueda de una vida monástica más austera y centrada en la espiritualidad, en línea con la reforma impulsada por San Bernardo y la vuelta a los principios de la Regla de San Benito. El arte gótico se convirtió en una expresión visual de estos ideales, con sus características arquitectónicas y decorativas que promovían la conexión con lo divino y la vida espiritual.

La catedral, en el contexto del arte gótico, se convirtió en el símbolo del renacimiento de las ciudades. Estas imponentes estructuras arquitectónicas reflejaban el ansia de espiritualidad de la época y destacaban por su carácter vertical. La catedral gótica se elevaba en tres alturas distintas: la arquería, el triforio y el claristorio. El número tres tenía un significado simbólico, ya que aludía al dogma cristiano de la Trinidad.

La luminosidad desempeñaba un papel fundamental en las catedrales góticas, en consonancia con los postulados de San Bernardo, quien relacionaba la luz con Dios. Para lograr este efecto, se empleaban grandes ventanales, vidrieras y rosetones. En este tipo de arquitectura, el vano (abertura) predominaba sobre el muro, lo que permitía una mayor entrada de luz y creaba un ambiente luminoso y espiritual.

Las catedrales góticas presentaban características distintivas. Entre los elementos arquetípicos se encontraba la planta de cruz latina, con tres o cinco naves y un desarrollo significativo de la cabecera, que incluía absidiolos. En ocasiones, se empleaba la planta basilical, donde la nave central era más ancha que las laterales, lo que permitía la apertura de vanos. En Alemania, se destacaba la Hallenkirche, o "planta de salón".

Los arcos más utilizados en la arquitectura gótica eran mayoritariamente apuntados, aunque también se empleaban los conopiales y carpaneles. En cuanto a las bóvedas, se desarrollaron las bóvedas de crucería, ojivales y, en el gótico avanzado, se introdujeron las cuatripartitas, sexpartitas y octopartitas. Las bóvedas de terceletes, estrelladas y de abanico representaron el desarrollo pleno de este estilo.

El elemento sustentante principal en las catedrales góticas era el pilar, que recogía los nervios de las bóvedas. El pilar fasciculado era el más utilizado y reemplazaba al pilar cruciforme del estilo románico. Se empleaban arbotantes para transmitir el empuje de las bóvedas hacia los contrafuertes o estribos, aligerando así la construcción. Además, los arbotantes ayudaban al drenaje del agua, evitando la erosión de los muros. En algunos casos, se utilizaban gárgolas en los remates de los arbotantes, como se puede observar en la Catedral de Notre Dame.

En la fachada de las catedrales góticas se destacaba el rosetón, una gran ventana circular decorada con vidrieras, que simbolizaba la perfección y la eternidad de Dios. Los gabletes, o arcos ojivales, adornaban la fachada y estaban rematados por triángulos decorados con molduras. Las fachadas solían estar enmarcadas por dos torres, que a menudo contaban con terrazas y, en ocasiones, con chapiteles.

En cuanto a la decoración, los motivos naturalistas eran comunes en las catedrales góticas, como las representaciones vegetales, cabezas humanas y de animales, tracerías caladas y gabletes. Este estilo arquitectónico tuvo como precedente el arte cisterciense, que empleaba el arco apuntado y la bóveda nervada en construcciones caracterizadas por su luminosidad y escasa decoración.

En Francia, considerada la "cuna" del estilo gótico, se pueden distinguir cuatro períodos principales. En el siglo XII, el gótico se originó en Île de France, en el contexto de la Corte Real. La cabecera de la Basílica de Saint-Denis se considera la primera obra de arquitectura gótica, promovida por el abad Suger, seguidor de San Bernardo, con el objetivo de desarrollar un estilo más sutil, elegante y distintivo. En la Catedral de Notre Dame se empleó por primera vez el arbotante, una característica destacada del estilo gótico.

En el siglo XIII, se alcanzó el apogeo del gótico. Las construcciones se caracterizaban por ser más esbeltas, verticales y luminosas, con capillas poligonales y bóvedas cuatripartitas. Algunos ejemplos destacados de este período son la Catedral de Amiens, la Catedral de Chartres (que eliminó las tribunas sobre las naves laterales) y la Catedral de Reims, que presenta una típica fachada en forma de "H".

En la segunda mitad del siglo XIII, se desarrolló el estilo conocido como "gótico radiante". La Capilla de Sainte-Chapelle es el máximo exponente de esta etapa, destacando por su artificiosidad, efectismo, iluminación intensa, apuntamiento de los arcos y exuberancia decorativa.

En el siglo XIV, el arte gótico en Francia se vio afectado por las crisis y las guerras, lo que repercutió en la calidad de los materiales y en un aspecto más fortificado en las construcciones.

En el siglo XV, se desarrolló el estilo conocido como "gótico flamígero". En esta etapa, la abundancia decorativa se multiplicó, llegando incluso a ocultar las estructuras arquitectónicas. La Catedral de Tours es un ejemplo destacado de este estilo.

En Alemania, el estilo gótico se caracterizó por el verticalismo, las agujas caladas y el uso de torres de salón. La Iglesia de Santa Isabel en Marburgo es un ejemplo representativo.

En Inglaterra, el estilo gótico se manifestó con rasgos distintivos. En el siglo XIII, se desarrolló el "Early English", mientras que en el siglo XIV se destacó el "gótico decorativo". En el siglo XV, prevaleció el estilo "gótico perpendicular", caracterizado por una gran altura y una sensación de ligereza. La Catedral de Winchester es un ejemplo notable del gótico decorativo.

En Italia, la fuerte tradición clásica diluyó las características del gótico. Predominaba el muro sobre el vano, se empleaba el arco de medio punto y se utilizaban frontones clásicos, lo que confería una horizontalidad distintiva. La Catedral de Milán, en el estilo florido, se destaca por su profusa decoración y por ser el templo gótico más grande de Italia. El Palacio Ducal de Venecia, con su ritmo combinatorio, muro sobre vanos progresivos y crestería destacada, resalta la monumentalidad del conjunto.

En los Países Bajos, se observó la influencia del estilo cisterciense y se dio importancia al gótico civil. Destacan los palacios de Gante y Brujas.

En Portugal, la construcción del Monasterio de Batalha marcó un antes y un después. Se destacó la decoración Manuelina, basada en sugerencias decorativas y motivos marinos.

En España, el gótico se desarrolló a partir de construcciones protogóticas y cistercienses. En el siglo XIII, se produjo un protagonismo constructivo en la corona de Castilla, donde la influencia francesa fue significativa. La Catedral de León, con una clara influencia francesa, y la Catedral de Burgos, inspirada en Reims, son ejemplos destacados de este período. En el siglo XIV, Aragón ganó protagonismo constructivo, y la Catedral de Barcelona se caracteriza por la ausencia de brazos y la planta de salón. En el siglo XV, Castilla recuperó su hegemonía y se introdujeron elementos decorativos como pináculos, agujas caladas y bóvedas de terceletes. Destacan las construcciones civiles de esta época, como la Lonja de Palma de Mallorca y la Lonja de Valencia.

En las nuevas ciudades del Reino de Castilla y León, conocidas como "Villanueva" y "Villafranca", se adoptó un enfoque de planificación urbana basado en la ortogonalidad y la regularidad geométrica. Esto implicaba diseñar las calles y plazas de forma ordenada, siguiendo líneas rectas y ángulos precisos.

Esta planificación regular permitía aprovechar al máximo el espacio disponible dentro de las murallas, ya que la expansión orgánica no era posible debido a las limitaciones impuestas por las murallas existentes. Como resultado, las nuevas construcciones se apiñaban y se dividían según los oficios o actividades específicas. 

Las plazas se convirtieron en los espacios centrales de la ciudad, generalmente con soportales para proteger a los transeúntes de las inclemencias del tiempo. Estas plazas se convirtieron en lugares de encuentro y comercio, y a menudo albergaban el Ayuntamiento, que se convirtió en un símbolo importante del poder civil.

En resumen, las nuevas ciudades en el Reino de Castilla y León se caracterizaban por una planificación urbana regular y ortogonal, con plazas centrales y soportales, y la presencia de un Ayuntamiento como centro de poder civil. Estas características reflejaban la necesidad de mejorar los servicios y establecer simbólicamente los centros de poder en la nueva ciudad.

En la escultura gótica, se produjo un cambio significativo en cuanto a lo estético, ya que lo trascendente del estilo románico fue cediendo paso gradualmente. Algunas características distintivas de la escultura gótica incluyen:

1. Fuerte naturalismo: La escultura gótica se caracteriza por un enfoque en representar las formas y características de manera más realista. Se abandonó el estilo frontal y se optó por representaciones más dinámicas y naturales.

2. Alargamiento y torsión de las figuras: Las figuras en la escultura gótica suelen presentar un alargamiento de las telas y una representación más curva y torsionada del cuerpo humano. Esto añade una sensación de movimiento y dinamismo a las esculturas.

3. Mayor importancia del paisaje y elementos anecdóticos: En los relieves escultóricos, se otorga más protagonismo al entorno y al paisaje que rodea a las figuras. Además, se incorporan elementos anecdóticos, como escenas de la vida cotidiana, que enriquecen la narrativa visual.

En cuanto a los espacios preferidos para la escultura gótica, se mantuvieron los tradicionales como las portadas de las iglesias, donde se encontraban tímpanos, jambas, arquivoltas y parteluces decorados con esculturas. Sin embargo, surgieron nuevos espacios como los retablos, que se organizaban en franjas horizontales y verticales, conocidas como calles. La calle central solía estar ocupada por la imagen principal del retablo.

Los temas representados en la escultura gótica reflejaban una nueva visión de Dios, más cercano y comprensivo, y se destacaban las representaciones marianas, como la Coronación y la Asunción. También se representaban escenas de la vida de los santos (hagiografías), escenas cotidianas y la figura de Cristo muerto acompañado por la Virgen.

En cuanto a las técnicas utilizadas, la escultura gótica se realizaba tanto en relieve como en esculturas exentas. Se empleaban diferentes materiales como la madera y la piedra para crear estas obras de arte.

Francia:

En Francia, las obras de Suger se destacan como modelos para muchas construcciones góticas. Características como torres gemelas, triple pórtico, arcadas y rosetón son comunes en estas obras. Un ejemplo destacado es la Catedral de Chartres, que incorpora estas características. En Francia, el tímpano es una zona de ejecución principal para la escultura.

Inglaterra:

En Inglaterra, se logra cierta influencia francesa en la escultura gótica, aunque no en gran medida. Un ejemplo notable es la Abadía de Westminster, donde se pueden observar rasgos de las catedrales francesas de Amiens y Reims. En esta abadía, se destacan las tumbas reales y la escultura de Eduardo XI.

Alemania:

En Alemania, se desarrolla una escultura gótica más dramática y tensa, con el objetivo de agudizar los sentimientos del espectador. Un ejemplo de esto es la escultura de la Virgen Necias en el Pánico de Magdeburgo.

Italia:

En Italia, hay cierta resistencia a las ideas provenientes de Francia, aunque existen obras destacadas que muestran la influencia francesa. Un ejemplo es el Baptisterio de Parma. Sin embargo, el escultor Nicola Pisano es el más destacado en Italia. En su obra, se puede apreciar la influencia francesa, especialmente de la catedral de Reims.

En España, durante el siglo XIII, Castilla tuvo un protagonismo destacado en el arte gótico y se vio influenciada por el estilo francés. Ejemplos de esto incluyen la Portada del Sarmental de la Catedral de Burgos, donde se puede observar el naturalismo propio del gótico y la intervención de maestros franceses. También se destaca la figura del parteluz del Obispo Mauricio, quien impulsó la construcción de la catedral. Otro ejemplo es la escultura de la Virgen Blanca en la Catedral de León, realizada por el Maestro Enrique con bondad y delicadeza.

En el siglo XIV, la escultura gótica se centra especialmente en el desarrollo de sepulcros y retablos. Un ejemplo destacado es el Retablo de Cornellá, realizado por Jaume Cascalls.

En el siglo XV, en Castilla, la figura destacada es Gil de Siloé, quien desarrolló un estilo realista, detallista y minucioso. Se pueden encontrar influencias flamencas en su obra, como el naturalismo dramático, y también influencias italianas en la composición equilibrada. Ejemplos de su trabajo incluyen el relieve de San Jorge en la Generalitat, donde se mezclan estas características, y el Retablo de la Cartuja de Miraflores, que se caracteriza por su gran vitalidad decorativa. También se destaca el Sepulcro del Infante don Alfonso.

En la pintura gótica, se pueden identificar varias características distintivas:

1. Naturalismo y sentimentalismo: Se busca representar las figuras de manera más realista, acercándolas a la realidad para transmitir emociones y conectar con el espectador. Se enfatizan las expresiones faciales y gestuales para evocar sentimientos.

2. Desarrollo del paisaje: Se presta atención al entorno natural y se busca representarlo de manera más realista. Se utiliza el claroscuro (contraste entre luces y sombras) y se emplea la perspectiva central y lineal para crear la ilusión de profundidad y dar una sensación de espacio real.

3. Pintura sobre tabla: En el gótico, las pinturas sobre tabla son más comunes que los frescos. La técnica más utilizada es el temple, que consiste en mezclar pigmentos con agua y huevo para crear una pintura de acabado detallado y duradero.

4. Temática religiosa: La pintura gótica se centra principalmente en temas religiosos, representando escenas bíblicas, la vida de Cristo, la Virgen María y los santos. Se busca transmitir mensajes espirituales y devocionales.

5. Retratos de donantes y burguesía: Además de la temática religiosa, los retratos de donantes ganan importancia en la pintura gótica. Estos retratos representan a personas que financiaron o encargaron la obra, y a menudo muestran a la nueva clase social emergente, la burguesía, que buscaba legitimar su estatus y representación en el arte.

En general, la pintura gótica se caracteriza por su detallismo, el uso de colores intensos, la expresividad de las figuras y la intención de transmitir un mensaje tanto religioso como emocional al espectador.

El gótico lineal es un estilo dentro del arte gótico que se caracteriza por la creación de formas alargadas y estilizadas, con líneas fluidas y ondulantes. En contraste con el naturalismo buscado en la escultura y la pintura mural, en el gótico lineal se da un mayor protagonismo al dibujo y a la representación gráfica.

En la pintura, este estilo se ve reflejado en las miniaturas que iluminan los salmos y libros sagrados. Las miniaturas son ilustraciones de pequeño tamaño realizadas con gran detalle y delicadeza. Estas obras de arte en miniatura presentan figuras estilizadas, con proporciones alargadas y curvas elegantes, que transmiten una sensación de movimiento ondulante.

Un destacado artista de miniaturas del gótico lineal es Nicolás de Verdún, conocido por su trabajo en la Catedral de Bourges. Sus miniaturas muestran una gran precisión en los detalles y una maestría en la representación gráfica. Otra obra famosa es "Las muy ricas horas del Duque de Berry", un libro iluminado que contiene una serie de miniaturas de excepcional calidad artística, creado por los hermanos Limbourg para el duque de Berry.

Estas miniaturas representan escenas bíblicas, eventos religiosos o momentos de la vida cotidiana, y se caracterizan por el uso de colores vivos y una atención minuciosa a los detalles. Aunque las figuras pueden parecer poco naturales en términos de anatomía realista, el gótico lineal enfatiza la belleza estilizada y el simbolismo más que la representación naturalista.

En resumen, el gótico lineal destaca por su énfasis en el dibujo, las formas alargadas y ondulantes, y las miniaturas que iluminan los libros sagrados. Estas obras de arte ofrecen una visión estilizada y espiritual del mundo, capturando la esencia del estilo gótico en su representación gráfica detallada.

El gótico italiano en el siglo XIV experimentó una evolución desde la pintura bizantina hacia un mayor naturalismo y una búsqueda de la tercera dimensión en las obras. Dos escuelas destacadas en este período son la Escuela de Florencia y la Escuela de Siena.

La Escuela de Florencia, que tiene como precedente la Escuela de Cimabúe, fue especialmente representada por el artista Giotto. Giotto es reconocido por sus figuras humanas muy realistas, el uso del movimiento, la expresividad y la monumentalidad en sus obras. Su enfoque innovador en la búsqueda de la profundidad en la representación espacial lo convierte en un precursor del Renacimiento. Giotto trabajó principalmente al fresco y creó obras como la "Lamentación por Cristo Muerto", "El beso de Judas" y "La huida a Egipto". Estas obras muestran su habilidad para representar emociones humanas y narrar historias bíblicas de manera realista.

La Escuela de Siena, por otro lado, se caracterizó por una mayor delicadeza y elegancia en las composiciones. Sus pinturas presentan colores decorativos y composiciones más complejas. Uno de los artistas destacados de esta escuela es Duccio, conocido por su obra "La Majestad". Esta pintura muestra la Virgen María entronizada rodeada de santos y ángeles en un estilo refinado y detallado. Otro destacado pintor de la Escuela de Siena es Simone Martini, cuya obra más famosa es "La Anunciación", donde muestra una escena de la Virgen María siendo visitada por el arcángel Gabriel en un entorno elegante y sofisticado.

En resumen, el gótico italiano en el siglo XIV experimentó un avance hacia el naturalismo y la búsqueda de la tercera dimensión en la pintura. La Escuela de Florencia, representada por Giotto, destacó por su realismo y profundidad en las representaciones, mientras que la Escuela de Siena se caracterizó por su elegancia y composiciones más complejas. Ambas escuelas contribuyeron al desarrollo del arte gótico italiano y sentaron las bases para el Renacimiento que vendría después.

El gótico flamenco, que floreció en los siglos XV y XVI, se caracterizó por reflejar el esplendor comercial y el auge de la burguesía, especialmente en la industria textil. En el arte, se enalteció los valores burgueses a través de escenas de interiores que destacaban una prenda particular: los vestidos hechos de pliegues metálicos. Estas obras eran meticulosas en cuanto a la calidad de los detalles y presentaban un claro naturalismo realista.

En el gótico flamenco, se buscaba la perspectiva y se otorgaba importancia al simbolismo. La idea tomista de que Dios se encuentra en todo lo creado impulsaba la creencia de que lo sagrado podía encontrarse en objetos cotidianos de la burguesía. El uso de colores brillantes era común, y la arquitectura se introducía abiertamente en la pintura.

En el siglo XV, destacaron artistas como los Hermanos van Eyck, conocidos por su obra "El Cordero Místico" para la Catedral de Gante, considerada una de las obras de arte más robadas de todos los tiempos, y "La Virgen del Canciller Rolin". Otro artista relevante fue Rogier van der Weyden, conocido por su obra "El Descendimiento", que se distingue por su expresividad y su composición basada en diagonales. El Maestro de la Flémalle también dejó su huella con obras como "Santa Bárbara".

En el siglo XVI, destacaron artistas como Brueghel, conocido por su obra "Los patinadores", y El Bosco, uno de los más destacados de la historia del arte. El Bosco fue un precursor de vanguardias como el surrealismo y se caracterizó por su fantasía, simbolismo moralizante y la representación ordenada y abigarrada en obras como "El Carro de Heno" y "El Jardín de las Delicias".

En resumen, el gótico flamenco del siglo XV y XVI se caracterizó por su atención al detalle, el realismo, la perspectiva, el simbolismo y el uso de colores brillantes. Los artistas como los Hermanos van Eyck, Rogier van der Weyden, el Maestro de la Flémalle, Brueghel y El Bosco dejaron una huella duradera en el arte con sus obras maestras.

El gótico español en el siglo XIII se destacó por el auge de la pintura vitral y las miniaturas. Un ejemplo destacado es el conjunto de ilustraciones conocido como "Las cántigas de Alfonso X", donde se combinaban música, poesía y pintura en miniatura.

En el siglo XIV, el protagonismo artístico se centró en Cataluña. Un destacado ejemplo es el Retablo de Manresa, realizado por Pere Serra.

En el siglo XV, se desarrolló el estilo internacional en España, influenciado en gran medida por el arte flamenco debido a los contactos comerciales con Castilla. Algunas obras relevantes de este período incluyen la "Virgen de los Consellers" de Dalmau, que refleja claramente la influencia flamenca, y el "Retablo de Santo Domingo de Silos" de Bartolomé Bermejo, que se caracteriza por la monumentalidad y elegancia de las figuras representadas. También se destaca la obra "Crucifixión" de Fernando Gallego.

En resumen, el gótico español en los siglos XIII, XIV y XV se caracterizó por la pintura vitral, las miniaturas y la influencia de los estilos regionales como el catalán. Además, en el siglo XV, se adoptó el estilo internacional con una marcada influencia flamenca en las obras de destacados pintores como Dalmau, Bartolomé Bermejo y Fernando Gallego.El estudio del gótico en clase es fundamental debido a su importancia histórica y cultural. Al explorar este estilo artístico, los alumnos desarrollan competencias clave, como apreciación estética, comprensión cultural, habilidades de investigación histórica y capacidad lingüística. El análisis de las obras góticas fomenta el pensamiento crítico, la creatividad y la comunicación, al tiempo que se promueve la comprensión de la diversidad cultural y el patrimonio artístico. Estudiar el gótico no solo brinda conocimientos sobre el arte medieval, sino que también fortalece la identidad y la conexión con el pasado. Estas competencias y perspectivas adquiridas durante el estudio del gótico enriquecen la formación integral de los alumnos, preparándolos para enfrentar desafíos académicos y personales, y promoviendo un mayor aprecio por el arte y la cultura en general.

Publicar un comentario

0 Comentarios