LA EVOLUCIÓN DE LAS PIRÁMIDES EN EGIPTO

Con la construcción del recinto funerario del faraón Zoser en Saqqara, se inicia un período de una expansión constructiva nunca antes vista en el antiguo Egipto. La piedra se erige por primera vez como el material constructivo más importante, anunciando así una auténtica revolución tecnológica. De hecho, una de las principales características del arte egipcio es que la introducción de este nuevo material no implica un cambio fundamental en las formas, sino más bien lo contrario. El contenido pictórico, al igual que los componentes de los edificios y sus funciones básicas, permanecieron durante años ajenos a los avances de la tecnología.

Y tal vez la única excepción más significativa fue el surgimiento de las construcciones más identificativas del arte egipcio: las pirámides. El ritmo al que evoluciona el carácter formal de la pirámide, desde la pirámide escalonada de Zoser hasta la clásica pirámide de Keops, es cuanto menos vertiginoso, ocurriendo en apenas un ciclo entre los años 2650 y 2550 a.C.

Pirámide de Meidum. Pirámide reconvertida en una verdadera pirámide por el faraón Seneferu. Imperio Antiguo, dinastías II/IV, hacia el año 2600-2550 a.C.

Las diferentes etapas evolutivas se pueden observar a través del ejemplo de la pirámide de Meidum, que se erige durante la dinastía III. En ella, en la primera y segunda fase constructiva, adopta una forma escalonada con una pendiente de 75°, aunque luego los escalones se rellenan para lograr el característico perfil liso con un ángulo un tanto más reducido, concretamente de 52°, que corresponde a la pendiente de la clásica pirámide. Snefru, faraón con el cual se transformaron las pirámides durante sus últimos años de reinado, sentó las bases para el descubrimiento de la forma ideal mediante las dos pirámides de Dahshur, erigidas décadas antes que la de Meidum.

Pirámide romboidal de Dahshur. Fue la primera construida por el faraón Seneferu. Por problemas estructurales y técnicos, tuvieron que modificar el ángulo de inclinación a mitad de la construcción

La pirámide con forma romboidal, también llamada de perfil quebrado, de Dahshur se inició como una auténtica y verdadera pirámide, pero conforme avanzaba la obra, se tuvo que reducir el ángulo inicial de inclinación, de 60°, cuando se hizo evidente que generaría una altura inviable de casi 140 m. Reduciendo la pendiente a 45°, finalmente quedó con una altura de 105 m.

Pirámide "roja" (norte) de Dahshur, alzada por el faraón Seneferu como su segunda pirámide. Imperio Antiguo, dinastía IV, hacia el 2560 a.C.

La segunda de las pirámides, la de Snefru, también llamada la pirámide roja, se encuentra al norte de Dahshur y desde el principio se construyó con un ángulo mucho más extendido. La inclinación de la tercera pirámide de este rey marca la tercera fase de la obra de Meidum, con 52°, casi la misma inclinación que la de Keops. A partir de este momento, prácticamente todas las pirámides del Imperio Medio y Nuevo tomaron como referencia, con muy pocas variaciones, este clásico antecedente de Meidum.

Pirámide de Keops. Es la mayor pirámide egipcia de la historia y una de las mayores construcciones hechas por el hombre. Con casi 140 metros de altura originarios, todavía hay muchas incógnitas por resolver acerca de la tecnología y la logística que se empleó para lazar esta maravilla del mundo. Imperio Antiguo, dinastía IV, hacia el 2500 a.C.

Las proporciones y dimensiones de la pirámide sufrirán un cambio cuando esta forma, exclusiva de las pirámides reales, se aplica a la arquitectura no faraónica. Con la llegada del Imperio Nuevo, alrededor del 1550 a.C., comienzan a construirse sobre tumbas privadas pirámides escalonadas de tan solo unos metros de altura, pirámides casi en miniatura que rematan la fachada de las tumbas labradas en la propia roca de la necrópolis de Tebas y disponen de aperturas en forma de nichos orientados al este, dentro de las cuales había figuras orantes del difunto, mientras que en la necrópolis de Memphis se alzan en la parte posterior de las tumbas tipo templo.

En Saqqara, particularmente, estos enterramientos, todos ellos privados, se consideran una referencia consciente a las grandes pirámides reales del Imperio Antiguo y Medio, y pueden verse desde el propio Saqqara, así como la tradición constructiva que se manifiesta en ellas y el propio legado arquitectónico, histórico y cultural de sus predecesores.

Con todo ello, podemos afirmar que la pirámide, como forma tectónica funeraria de los faraones, disfrutó en la zona de Sudán de un increíble y asombroso renacimiento durante unos 1000 años a partir del año 750 a.C.

En las reales necrópolis de El Kurru, Nuri, Gebel Barkal y Meroe, podemos encontrar unas 200 pirámides con caras muy empinadas que no sobrepasan los 20 o 30 m de altura. Probablemente respondan al modelo de las pirámides reales del Imperio Nuevo más que a las tumbas de Gizeh o Saqqara, situadas en el lejano Norte.

Publicar un comentario

0 Comentarios