Corría la segunda mitad del siglo XVI cuando Europa empezó a vivir un cierto período de caos político, que coincide con la crisis de algunas monarquías, y la evolución de la Reforma protestante en el ámbito reigioso. Es en este contexto cuando nace el llamado "Manierismo", un término procedente del italiano 'maniera', haciendo alusión a aquellos artistas que transgredían los cánones clásicos.
Este movimiento nace y tiene sus primeros reflejos en la Italia de 1520 y se extiende hasta 1620 y su objetivo es crear una especie de confrontación respecto al Renacimiento, basado este último en la racionalidad. El objetivo del manierismo es potenciar los movimientos y la emoción, unido a una sensualidad intensa llevada a cabo gracias en gran parte a movimientos y efectos exagerados que poco tiene que ver con la proporcionalidad clásica del Renacimiento.
ARQUITECTURA. A mediados del XVI, artistas como Miguel Ángel, Vignola o Peruzzi empiezan a saltarse las normas clásicas alterando constantemente la estrecha correlación entre las partes y el resto del edificio, cambian los órdenes clásicos, se establecen nuevos ritmos, juegan con la asimetría, cambian la escala, las proporciones... Participa de esta forma de las corrientes góticas, renacentistas y barrocas. Sansovino y Pallado son algunos de los artistas destacados de este contexto.
Biblioteca Marciana de Venecia, Sansovino |
ESCULTURA. Uno de los rasgos diferenciadores de la escultura manierista es el uso de la 'curva serpentinata', es decir, la "contorsión en forma de ascensión helicoidal"). Benvenuto Cellini y Juan de Bolonia son algunos de los máximos exponentes de esta corriente. Existe, eso sí, un equilibrio pleno entre la masa y el movimiento y se tiende a la grandiosidad de las figuras y a las facciones anatómicas perfectas y exageradas.
"La Piedad", de Miguel Angel |
PINTURA. En cuanto a la pintura, destaca el empleo de posturas forzadas y exageradas con figuras humanas notablemente largas. El color se coloca de una forma un tanto arbitraria. El espacio, a veces, parece irreal, imaginario, mientras que los conjuntos de imágenes son muy abigarrados por lo general y las composiciones bastante complejas. El Greco, por ejemplo, fue un claro ejemplo de esta tendencia.
"La Madonna del cuello largo", Il Parmigianino |
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