LA ESCULTURA GRIEGA: MIRÓN Y POLICLETO

Tal y como sucede en la arquitectura, el período de Oro de la escutlura griega se corresponde a los días de Pericles. Una vez dominada la técnica, los artistas y maestros griegos emplean sus esfierzos en crear tipos que representasen el ideal clásico. Quien mejor interpreta ese ideal es Fidias, pero sin dejar a un lado a dos de sus contemporáneos: Mirón y Policleto, los principales responsables de la evolución positiva del dominio del cuerpo humano que diferencia a la escultura griega del siglo V.

Mirón se centra en el cuerpo humano en movimiento, por lo que se ayuda en el bronce para conseguir ese efecto estécico, técnica que parece que aprendió con Ageladas, referente en el arte de fundir. Su obra de referencia es el Discóbolo, donde representa el cuerpo de un atleta totalmente vencido hacia adelante justo en el momento previo a lanzar el disco, manteniendo un equilibrio casi milagroso que se consigue gracias a su pierna derecha fuertemente apoyada. A diferencia de las obras de atletas anteriores, en este caso se opta por un momento fugaz, de máximo esfuerzo, novedad que no debemos dejar pasar por alto. Tal vez su rostro es la parte más inexpresiva de su cuerpo, pero el resto de la figura es de una sobriedad perfecta.

El mismo afán por el movimiento y lo transitorio es lo que se aprecia en el grupo Palas Atenea y Marsias, hechas para la Acrópilis de Atenas. La diosa inventó la flauta doble pero al hacerla sonar notaba que sus mejillas se deformaban, por lo que la arrojó al suelo con violencia al compás que el sátiro contempla sorprendido la escena. Se trata de nuevo de un momento fugaz y violento elegido por Mirón. Tal y como sucede en el caso del Discóbolo, el cuerpo de Marsias está en tensión pero manteniendo una anatomía perfecta.

Para la Acrópolis de Atenas tambiñen hace mirón la conocida Vaca. Se trata de una estatua de bronce a la que, como dicen algunos "solo le falta mugir" o "comienza a andar" según otros. "Pastor, llévate lejos tu rebaño / la vaca tan viva del escultor Mirón", escribe un poeta.

Mientras tanto las preocupaciones de Policleto giran entorno a las proporciones de la figura humana y la ponderación de las masas en la actitud. Es el escultor por definición del Peloponeso contemporáneo de FIdias y como hijo de Argos, prefiere trabajar el bronce.

El Doríforo es tal vez la obra que mejor refleja su manera de trabajar y su personalidad. A diferencia del movimiento violento de Mirón, Policleto opta por la suavidad, la tranquilidad. Vemos a un joven que avanza con confianza en sí mismo mientras apoya la pierna derecha y la izquierda la mantiene doblada; y la cabeza ligeramente doblada. El cuerpo refleja claramente el interés por las proporciones de cada una de las partes con el todo, lo que le conduce a escribir el "Canon" (por desgracia perdido). El eje de este retrato es la asimetría o relación de las proporciones. El DOríforo se considera la encarnación más clara  del canon de Policleto, prototipo de cuerpo varonil perfecto y elegante, austero y sin estar afeminado. Según él, la cabeza es la séptima parte del cuerpo, aunque según el canon conservado por Vitrubio debería ser la octava; el arco torácico y el pliegue anguinal son arcos de un mismo círculo y el rostro se divide en tres partes exactamente iguales que corresponden a la frente, la nariz y la distancia desde esta al mentón.

En el Diadúmeno podemos obsevar  aun joven atleta vencedor que se ajusta la venda del triunfo. Es algo más juvenil que el Doríforo y con unas formas más blandas. También presenta más movimiento, pero en el fondo el ideal de belleza es común. 

En el ámbito femenino trabajado por Policleto podemos analizar la Amazona herida, la cual demanda la protección de Artemis, esculpida para el gran templo de Efeso en competencia con Fidias, Crésilas y Fradmon. En el concurso se alzan como jueces los propios artistas, que votan cada uno la suya en primer lugar pero a continuación todos votan la de Policleto, que resulta la ganadora. Lamentablemente y a pesar de que se conservan varias amazonas probablemente de esos artistas, no podemos relacionar a quién corresponde cada una de ellas. La que se considera más próxima al estilo de Policleto es la del Museo Capitolino de Roma. La de Fidias se identifica con la que se hay en el Museo Vaticano y la de Crésilas con la amazona de la GLiptoteca de Copenhague.