ANÁLISIS - "CECI N'EST PAS UNE PINE" (ESTO NO ES UNA PIPA)

Visitar el Museo del Arte del Condado de los Ángeles supone contemplar cuadros tan traicioneros como el que nos ocupa. De hecho la obra "Ceci n'est pas une pipe" (1928-1929) ("Esto no es una pipa") pertenece a una serie denominada por el propio René Magritte como "La traición de las imágenes".

Veo una pipa, pero el creador advierte que no es tal cosa, pensamos.

Bien. Para entender esta obra tenemos que hacer referencia al arte conceptual. En el arte conceptual lo realmente fundamental es la "idea". No obstante, es lícito pensar que desde que el hombre siempre ha pretendido expresar una idea por medio de su creación artística, pero debemos entender el movimiento conceptual como una especie de sublevación a lo que promovía el movimiento abstracto, donde primaban las formas y el contenido como tal quedaba en un segundo plano.


El objetivo de este arte conceptual es, por lo tanto, eliminar las referencias al objeto para centrarse en la idea; es decir: la ejecución de una obra de arte, incluso la belleza, no son la principal preocupación.

"El arte conceptual es bueno si la idea es buena", decía Sol LeWitt.

René Magritte es sin duda uno de los precursores de este arte conceptual. Para manifestarlo, se centra en negar lo evidente: lo que creemos que es, no es lo que es. Es todo un juego de simulación. Y en este caso lo hace simplemente usando dos recursos que inquietan al observador: una imagen y un texto.

El cuadro sin el texto es aparentemente una pipa, pero con el texto todo cambia y se cuestiona la realidad; cambia la representación.

"Si hubiera escrito 'esto es una pipa' estaría mintiendo" (Magritte)

La representación pictórica queda de esta forma separada de la realidad y el texto, reiteramos, juega un papel fundamental. ¿Por qué? Porque el texto no es una pipa, el texto es solo eso: texto. El incluso el propio objeto no es una pipa tal cual, sino un conjunto de líneas que reproducen de forma ficticia un objeto real sobre un plano.

El objetivo no es otro que el de poner de manifiesto la banalidad de los objetos. Es la subjetividad del arte plástico. ¿Por qué pensamos entonces que, a pesar de la leyenda "Esto no es una pipa", en realidad sí lo es? Porque el cerebro asocia esa unión de líneas con una figura reconocida, pero no son figuras, sino representaciones de ellas. Un reflejo.

Si el observador sigue pensando que es una pipa, debe cuestionarse: ¿esta pipa se puede tocar, se puede oler, se puede usar? Evidentemente no, Y es que, como diría el propio Magritte, "las imágenes nos engañan".

Este juego en clave de oposición es el que nos induce a la reflexión, de ahí que algunos hayan calificado la obra de Magritte como "realismo mágico con un toque de humor reflexivo"

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