COMENTARIO "LA MARSELLESA" DE FRANCÇOIS RUDE

Para muchos, "La Marsellesa" de Francois Rude representa para la escultura románica lo mismo que supuso la libertad guiando al pueblo de Delacroix para la pintura del romanticismo. 

La obra en cuestión se conoce como La Marsellesa o la partida de los voluntarios y como hemos dicho la realizó Fransua Rubén durante los años 1833 y 1836 perteneciente al estilo del romanticismo, está tallada en piedra calcárea, cuenta con una altura de 1,06 metros y está localizada en el arco del triunfo de l'Etoile París. 



Con la Marsellesa, François Rude consigue dotar a su obra maestra de una fuerza plástica sin igual como requería los hechos de 1792 que precisamente inmortalizó, que no son otros que la marcha hacia París de la milicia de voluntarios para defender la República. 

Y es que Rude fue uno de los más grandes escultores del romanticismo siempre cercano a la causa napoleónica y puesto lo que le obligó a abandonar Francia al ser desterrado el emperador. Cuando retorno de Bruselas en el año 1827 trabajo en la escultura de un joven pescador que posteriormente sería comprada por el Estado francés y que le proporcionó el reconocimiento suficiente como para el encargarán posteriormente la Marsellesa. 

La escultura propiamente dicha muestra unos cuantos guerrilleros esculpidos siguiendo la manera de los ejércitos de la antigüedad y plasmados en la parte inferior del relieve que son conducidos al combate por Belona, la diosa romana de la Guerra. Esta divinidad vuelve la cabeza para arengar a los revolucionarios con el brazo izquierdo alzado y la espada desenvainada en el brazo derecho, inspirándose así en la figura femenina de la Libertad guiando al pueblo de Delacroix. Para componer el conjunto Rude optó por el empleo de las diagonales tan características del romanticismo pictórico con la finalidad de ensalzar un acontecimiento que le era próximo en el tiempo. De esta forma, las alas de la diosa marcan la primera diagonal y paralela a esta se traza otra diagonal que va desde el brazo derecho de Belona hasta su pierna izquierda, mientras que la tercera diagonal queda determinada por el brazo derecho levantado del voluntario barbudo y la pierna izquierda del desnudo joven que lo acompaña. 

Todas las figuras en sí mismo forman un conjunto cerrado y se entremezclan en superposiciones estudiadas y complejas que establecen simetrías entre unas y otras gracias a la repetición de gestos. 

De este modo el brazo izquierdo levantado de la diosa se equilibra gracias al brazo derecho del guerrero en el primer término mientras que la posición de las piernas de este último se corresponde con la de las piernas del chico desnudo. Todo el conjunto nuestro movimiento ascendente dirigido hacia la izquierda del espectador gracias nuevamente a los brazos extendidos de la diosa Belona alumbre que está en primer plano y también a la figura de Guerrero que aparece a punto de salir corriendo. 

Esta escultura forma parte de un conjunto compuesto por 4 alto relieves en los que se conmemoran momentos básicos de la historia militar de Francia. El grupo del artista representa como hemos visto a los voluntarios que defendieron en el año 1792 la recién instaurada República Francesa. Destaca entre todos los personajes de la diosa guerrera romana llamada Belona, que sería la guía enfervorizada de los decididos patriotas que participaron en la defensa de la recién instaurada República amenazada por la invasión extranjera de 1792. Uno de los voluntarios que venido este Marsella entraron en París el 5 de julio de 1792 fue el propio padre del artista François Rude y lo hizo con el objetivo de defender la República de las fuerzas restauradoras que querían reimplantar de nuevo la monarquía. Durante del país tarareada en la canción compuesta por Claude Joseph Rouget de L'Isle conocida como La Marsellesa que se convertiría con el tiempo en el Himno Nacional de Francia. La Revolución del año 1830 te consideraba la heredera de estos hechos y encargó estos relieves. Concretamente Rude proyecto los cuatro altos relieves del Arco del Triunfo de París de los cuales hoy se conservan dibujos que muestran su belleza. Un conjunto de intriga provocaron que finalmente solo se le encargarán uno de los grupos y que la paz romana y los invasores bárbaros fueran realizados por Étex un escultor de pobre expiración mientras que el cuarto grupo que hacía alusión a Napoleón lo esculpió un artista neoclásico sin especial talento llamado Cortot. La obra como tal tuvo una acogida negativa por parte de los más academicista ya que se apartaba de las concepciones neoclásicas. 

Este conjunto escultórico romántico François Rude trata de combinar el clasicismo napoleónico con el fervor romántico. De esta forma la inspiración clásica es evidente en figuras como la del guerrero central que nos recuerda directamente a un dios griego o en los uniformes militares antiguos. El conjunto escultórico destaca evidentemente por su dinamismo desbordante así como su sentimiento patriótico su pasión y sus gestos grandilocuentes típicos del movimiento romántico. Al tratarse de una obra romántica huye del modelado liso propio del neoclasicismo en favor de las superficies ásperas.



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