COMENTARIO "LA VISIÓN DESPUÉS DEL SERMÓN", DE GAUGUIN

 Este cuadro se conoce por varios títulos (actualmente se encuentra en la National Gallery de Escocia, Edimburgo). El postimpresionista Gauguin lo llamó Aparición y Visión del Sermón. Actualmente se conoce más como Visión después del Sermón o Jacob luchando con el Ángel. La existencia misma de esta diversidad de denominaciones da la pauta de las ambiciosas intenciones de Gauguin, intenciones que explicó en una carta escrita en septiembre de 1888 a Vincent van Gogh: «Creo haber logrado en estas figuras una gran simplicidad rústica y supersticiosa. Todo es muy austero... Para mí en este cuadro el paisaje y la lucha sólo existen en la imaginación del pueblo que reza, como consecuencia del sermón. A ello se debe que haya un contraste entre estas personas reales y la lucha en este paisaje que no es el real y es desproporcionado».


Testimonio valioso, sin duda. Nos dice que las campesinas bretonas que se encuentran en primer plano, con sus pintorescos tocados, están imaginando la escena de Jacob combatiendo con el ángel que puede verse en la parte superior del cuadro. Acaban de salir de la iglesia tras haber oído el sermón del sacerdote que aparece en el ángulo inferior derecho del cuadro y que se parece peligrosamente al propio Gauguin. Estas campesinas bretonas, en su supersticiosa simplicidad, son sus modelos y sus víctimas: dos años antes, las había usado en una escena de costumbres más tradicional donde se las veía charlando al aire libre (Cuatro mujeres bretonas: Neue Pinakothek. Munich). Ahora son el punto de partida para sus «abstracciones», respondiendo a su necesidad primordial: crear. Porque la imagen de Jacob luchando con el ángel no es simplemente una respuesta a la narración bíblica (o a un sermón), sino que se le pueden dar interpretaciones más recónditas, como por ejemplo la del artista creativo en lucha con su idea.

Cuatro mujeres bretonas, Gauguin

En la Visión después del Sermón, Gauguin renuncia de una manera manifiesta a su estilo impresionista. Crea un nuevo lenguaje pictórico que ya no se basa en la percepción y en la sensación, sino más bien en la idea y en el símbolo. Las simplificaciones de estilo que se manifiestan en este cuadro tienen que ver con la línea. el color y la composición. El marcado contorno que encierra las formas es firme y decisivo, con reminiscencias de los esmaltes y vitrales medievales —de ahí el término «cloisonnisme», usado por Gauguin y sus amigos para describir su técnica—.Gauguin empleó también el término «sintetismo» como un intento de descripción más comprensible del estilo. Estas líneas «cloisonnistas» encierran el color que está simplificado, pero no llega a ser ni monótono ni monocromático. especialmente en el modelado de las figuras y del árbol, donde se siguen percibiendo las pinceladas individuales. distintas. Pero la irrealidad de la escena está expresada con el mayor vigor en el fondo bermellón sobre el cual tiene lugar la lucha de Jacob con el ángel.

Las dos figuras enfrentadas están basadas en dos luchadores tomados de Mangwa, del artista japonés Hokusai (1760-1849). El conjunto de la composición debe mucho a los cuadros de bailarinas de Degas, como si el grupo de mujeres bretonas que aparecen en primer plano estuviera mirando una actuación sobre un escenario. Pero también se dice que la mayor deuda de este cuadro es para con la obra de Emile Bernard Mujeres bretonas en una romería (colección privada) que ese artista de veinte años había llevado a Pont-Aven y de la cual, según él, Gauguin había robado las ideas. Sin embargo Gauguin ya avanzaba hacia esa simplificación de medios y de técnicas. La Visión después del Sermón renuncia abiertamente al impresionismo; anuncia el simbolismo en pintura, y sus simplificaciones puramente pictóricas allanan el camino para otras manifestaciones del siglo XX como el fauvismo y el expresionismo. 

Mujeres bretonas en una romería, Emile Bernard

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