El pueblo persa asentado en las llanuras iraníes recibió gran influencia de las aportaciones artísticas que se habían gestado en la zona de Mesopotamia. En Persia se practicaba el mazdeísmo, religión que se fundamentaba en la existencia de dos divinidades de signo contrario: el Bien y el Mal. El Dios al que se adoraba era Auda-Mazda, simbolizado a través del fuego.
Los edificios más importantes son los palacios y las tumbas. El palacio más relevante se encuentra conservado en Persépolis y fue edificado entre los siglos VI y V aC. Sus características principales son:
- Planta cuadrada
- Se levanta sobre una plataforma a la que se accede por una doble rampa
- El acceso al edificio aparece flanqueado por dos toros alados de influencia Asiria
- En su interior había una gran sala con 100 columnas con capiteles en forma de Toros y Leones que sostenían una cubierta de madera. Esta sala se denominaba apadana y era el lugar en el que el rey recibía los mandatarios de otros lugares
- Las dependencias de Palacios organizaban en torno a un gran patio cuadrado
- Todo el palacio estaba decorado con relieves muy ricos. Los persas recurrieron también a tumbas como la del rey Ciro en Pasargada que se dirigían sobre una estructura escalonada y presentaba una cubierta a dos aguas.
Artes plásticas persas
Se conservan restos de relieves que decoraban la superficie de palacios como el de Persépolis o el de Susa. Estos relieves se hacían con ladrillos vidriados en los que se representaba a los lanceros y arqueros presas que formaban parte de la guardia real y también aparecen animales fantásticos relacionados con sus supersticiones o creencias.
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