LAS VENUS PALEOLÍTICAS

Los mayores logros en lo que se refiere a representación naturalista en el período Paleolítico Superior (bien en dos dimensiones, bien en tres), con una excepción muy importante, se consiguieron en una última etapa. Esta excepción es el grupo de figuras femeninas esculpidas en miniatura que se describen como «venus» y se encuentran entre las costas atlánticas de Europa y Siberia en una primera etapa del Paleolítico Superior, período descrito diversamente como Perigordiano Superior o Gravetiano, que data de 27.000 hasta 23.000 años atrás.

Venus de Willendorf

Si a primera vista parece inadecuado describir figuras normalmente ni jóvenes ni esbeltas como venus, ello puede verse justificado por la belleza de sus formas, pues el equilibrio de masas y la disposición simétrica de las formas logradas en estas figuras es notable. Mientras las manos, los pies y los rasgos faciales casi siempre se omiten, y ciertas características sexuales, tales como el triángulo púbico, que en ocasiones aparecen representadas y otras se omiten también, subrayan las formas especialmente femeninas de las nalgas, los pechos y el estómago. Vista objetivamente, la venus de Lespugne presenta los pechos caídos, el estómago prominente y las nalgas gruesas, todo ello desarrollado hasta el punto de la deformidad; pero vista estéticamente, la inclinación y línea de todo ello resultan magníficos, y cada forma completa a la otra. Muchas de estas pequeñas figurillas de marfil o de piedra están pulidas hasta el punto que se puede suponer que eran muy traídas y llevadas; a menudo se encuentran con grupos y habitualmente están asociados a habitáculos, ya se trate de cabañas construidas, como en el este de Europa. o de refugios rocosos como los que se utilizaron en el oeste.

Venus de Vestonice

La apariencia individual de las venus sugiere que son figuras de fecundidad, hechas para enriquecer o asegurar abundancia de alguna forma, en lugar de símbolos eróticos. El contexto en que se encuentran las dota de una importancia doméstica; a parte de esto, poca más información podemos ofrecer acerca de su finalidad. Como grupo (grupo que incluye casi 150 ejemplos), muestran gran uniformidad. y con el tiempo la figura básica se va adaptando y simplificando hacia formas esquematizadas de considerable refinamiento.

Venus de Lespugne 


Las venus de Vestonice, Balzi Rossi y Lespugne son ejemplos típicos de la forma naturalista básica; las venus de Kostienki, en la U.R.S.S., de Gagarino, o las restantes del grupo de Balzi Rossi, todas caen dentro de este tipo, al igual que la venus de Willendorf y la figura de Brassempouy, en Francia, aunque esta estatuilla posee una belleza más natural, atípica, como si un retrato vivo hubiera interferido con el concepto formalizado.

Venus de Laussel

La venus de Laussel, poco usual en el sentido de que está tallada en bajorrelieve sobre un bloque de piedra independiente, también resulta atípica; en este caso, aunque el detalle está ejecutado minuciosamente, la forma desgarbada general sugiere una falta de capacidad conceptual. Con el tiempo, las figuras se alteran, aparecen algunas formas hermafroditas y las estatuillas femeninas naturalistas dan paso a formas más esquemáticas; en el este de Europa aparecen dos variantes: en los pechos y con las caderas de la figura femenina básica, mientras en Europa occidental surge el perfil sentado, forma de la segunda variante, que predomina. La forma de perfil queda reducida a los signos claviformes. característica del período Magdaleniense; interesa destacar que esta simplificación de la venus no es expresión de culto, sino que acusa un cambio de localización: los signos claviformes forman parte de la decoración de cuevas profundas, deshabitadas. 

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