DEL IMPRESIONISMO A LA ABSTRACCIÓN

Montserrat, de Julio González
La época de finales del siglo XIX es en el panorama artístico una de las más complejas por la cantidad de ismos o movimiento de vanguardia que se generan. Nos encontramos en un momento de catarsis, una dialéctica entre el arte oficial y el alternativo en el que se abren nuevos caminos en el que se rechaza un academicismo en crisis a través de una reinterpretación del arte del pasado. En el contexto histórico cultural el triunfo de la burguesía favorece la aparición de movimientos del proletariado en el marco de la 2ª Revolución Industrial de finales del siglo XIX, así como nuevas interpretaciones sobre el cambio en el modelo de vida entre las que destaca la de Freud interpretación de los sueños la importancia del subconsciente o la de Einstein sobre la teoría del espacio-tiempo. El estallido de la Primera Guerra Mundial pone en tela de juicio la teoría burguesa sobre progreso mientras que en el mundo del arte se empezará apostar por la independencia, la libertad creativa para conseguir un nuevo lenguaje plástico y la cuarta dimensión de la que habla Apollinaire, es decir, la plasmación del sentimiento y la realidad interior estos nuevos fundamentos estéticos se difunden gracias al cartel el libro ilustrado y la sociedades de artistas.

Impresión, sol naciente, de Monet
El primero de estos movimientos es el Impresionismo, cuyos orígenes se remontan al año 1874 coincidiendo con la creación de la “Sociedad Anónima Cooperativa” compuesta por artistas como Monet, Renoir, Degas o Pisarro con el fin de manifestar su independencia frente a los Salones. La primera exposición fue calificada con el término peyorativo de exposición de los impresionistas en alusión a “Impresión, sol naciente” de Monet. Hay varios factores que favorecen la aparición del impresionismo. La fotografía y la posibilidad de captar los momentos de fugacidad es una fuente de inspiración marcada hasta tal punto que obras como el almuerzo de Monet se han querido ver en ella la influencia de los telones de fondo de los estudios. La pasión por la pintura al aire libre y directa iniciada por botín en las costas normandas a base de una gama oscura. También existe un interés por temas nuevos como la fugacidad del momento o una nueva técnica mucho más suelta ligera que permite mostrar formas suicidas como la silueta serpenteantes del agua. Los brochazos y las formas irregulares marcan la esencia y para algunos impresionistas como Signac, la mezcla cromática debía hacerse en la retina del espectador y no en el propio lienzo.  De esta forma el espectador debe participar en las premisas mentales y técnicas del artista al tratarse en cierto modo de obras inacabadas que hace necesario se reconstruidas mentalmente.

Manet está considerado el precursor del impresionismo un hombre con una fuerte formación clásica y tradicionalista que alcanza la celebridad en el salón de los recados de 1863 con su almuerzo sobre la hierba mientras que la figura más representativa será Monet un artista influido por Turner cuyo estilo se aleja de la estabilidad de hecho solamente hay formas y colores y notables variaciones cromáticas dependiendo de la luz del día como vemos en obras como estación de San Lázaro o catedral de Rouen. Por su parte Pizarro es el pintor de la sencillez y de la emoción también influenciado por Turner y Renoir buscará captar los efectos ondulantes de la luz a través de una pintura alegre que choca con su atormentada vida. Este es el pintor de los niños, las mujeres y las fiestas galantes como vemos en obras como el columpio o bañistas sentadas. Sisley es tal vez el que hace los paisajes más atractivos mientras que Degas, vinculado a Manet, más que el paisaje se interesó por los interiores como cafés teatros o salas de bailes como bien apreciamos en obras como mujer secándose después del baño. En España destacan las figuras de Darío de Regoyos y Joaquín Sorolla y Els Quatre Gats. El primero trabajó de forma seccional cuestiones como la originalidad cromática y la temática sobre la España negra como vemos en cuadros como víctimas de la fiesta mientras que el segundo destaca por la maestría a la hora de captar la luz del Mediterráneo como vemos sin niños en la playa o aún dicen que el pescado es caro. En este contexto se hace patente una reacción del niño impresionismo que busca hacer más científica la técnica a través del puntillismo y el divisionismo en el primero la pincelada se cambia por pequeños puntos o toque de color con autores como Signac o segura mientras que en el divisionismo se daría importancia a la manifestación de las condiciones sociales fruto de la industrialización como vemos en el cuarto estado de Pelliza da Volpedo. 

Ronda de presos, van Gogh

A finales de siglo XIX se produce una respuesta al carácter fugaz del impresionismo con la llegada del postimpresionismo que marcará el punto de partida hacia Fran guardias del siglo XX donde varios autores formados en el impresionismo transformaron la técnica de manera radical. Entre estos autores destaca Toulouse-Lautrec, quien, influido por la estampa japonesa, buscó en su estilo lo esencial del arte mediante lo conciso lo contundente y lo repetitivo por medio de rápidas técnicas como el pastel o la litografía. Paul Gauguin se interesó por la búsqueda interior suponiendo así un antecedente del fauvismo. Los llamados navis y simbolistas mostraron preocupación por plasmar el mundo interior así como la verdad universal y la oposición al materialismo del momento, aunque sin duda es Van Gogh el máximo exponente del postimpresionismo, cuya atormentada vida se refleja en un estilo personal caracterizado por el uso de los colores que expresan su estado de ánimo y pincelada compuesta a base de largas y gruesas que dan movimiento a la obra. Por la introspección psicológica de sus obras se le ha considerado incluso como precursor del expresionismo. Algunas de sus obras más significativas son Ronda de Presos, Café de noche o la habitación de Arlés. Entre los primeros expresionistas destaca Edward Munch quien quiso expresar mediante su estilo sentimientos interiores angustiosos y en cierto modo onírico. Finalmente cabe destacar a Paul Cézanne quien mostró interés por manifestar la estructura subyacente permanente del natural por medio de un estilo sólido y compuesto de formas y está considerado el padre del arte moderno tal vez por los interesantes estudios de perspectiva de sus composiciones que le obligan a descomponer la perspectiva tradicional.

En el ámbito escultórico cabe destacar la figura de Rodin, el máximo exponente y responsable de combinar superficies lisas y pulida para conseguir efecto lumínico con fuertes contrastes de luz. Su obra más destacada es “El pensador”, basado en la divina comedia de Dante donde la concentración del personaje nos remite a la terribilitá miguelangelesca y a la idea de la cultura inacabada

A partir del año 1900 se produce el camino hacia la abstracción y las vanguardias. Los últimos impresionistas dejan paso hacia la internacionalización de las nuevas ideas artísticas de vanguardia en un contexto de graves tensiones políticas como la de los fascismos, la guerra mundial o los problemas sociales derivados del proceso de industrialización. El arte buscará así interpretar la realidad más que representar la meramente tal cual es. Éstos movimientos son el fauvismo, el expresionismo, el dadaísmo y el surrealismo fundamentalmente. El fauvismo nace en 1905 en el salón de otoño con artistas como matiz de Rain cuyo nombre se debe al crítico Luis Vouxelles quien calificó este estilo como Donatello entre fieras y destaca por el empleo de colores intensos plano sin mezclar dispuestos de forma arbitraria en temáticas como el retrato los paisajes. Prueba de ello son obras como la raya verde de Matisse o las tres sombrillas de Duffy. Y en el expresionismo el camino iniciado por Van Gogh tiene su continuidad en un estilo que pretende distorsionar la forma y el color para mostrar las tensiones humanas ocultas en el convencionalismo de la sociedad hipócrita. Dentro del expresionismo encontramos dos tendencias: el puente y el jinete azul. El primero busca superar el academicismo del sur de Europa mientras que el segundo se centra en la respuesta de la angustia vital del hombre actual por medio de un color dispuesto al compás de ondas de sonidos. En España encontramos pocos ejemplos. Podemos citar la época azul de Picasso o las grotescas visiones de Solana de la España negra aunque el máximo exponente será Kandinsky un artista clave con un estilo basado en la combinación de siluetas y manchas de color que acaban con la pintura figurativa y dan paso a la extracción buscando desarrollar un lenguaje universal y en la escultura la obra de Giacometti centrada en la interpretación de la soledad del ser humano. Por su parte el dadaísmo o el motivo de lo absurdo busca mediante la bufa crítica irónica irreverente y agresiva enjuiciar a la civilización contemporánea a través de materiales como la basura y composiciones absurdas, de hecho en algunas exposiciones se rompieron las obras o se hablaba sin ningún tipo de sentido. También se ha conocido como el arte de la idiotez ya que todo lo que se ve es falso. Duchamp es el artista destacado y creador del Ready Made u objeto hecho: piezas sacadas de su contexto a las que confiere la categoría de arte. Aire de París o Rueda de bicicleta son prueba de ello. El último de estos movimientos es el surrealismo que según muchos autores es la continuación del dadaísmo un movimiento liderado por Bretón autor del manifiesto surrealista de 1924 que aspira a plasmar el mundo del subconsciente accesible por medio de los sueños y basándose en las teorías del psicoanálisis de Freud. Encontramos así combinaciones incongruentes de paisajes irreales o metamorfosis hechas a partir del automatismo esto es pintar desde la espontaneidad sin atender a la razón. Uno de los máximos exponentes será René Magritte que combinan imágenes incongruentes entre sí como vemos en el hijo del hombre o la traición de las imágenes mientras que en España destaca la figura de Miró quien mediante grafismo automáticos plasma la confe la conciencia información los fantástico onírico irracional que forma parte de sus obras cuyo fondo se descuida para centrarse en las figuras que están a caballo entre el orgánico y lo geométrico. Lo vemos en el carnaval de arlequín o la masía. 

Otra manifestación clave es el cubismo, que se centra en la búsqueda de la esencia o de la realidad por medio de la reducción a las formas geométricas de tal forma que los objetos se descomponen en principios sólidos como esferas, cilindros o conos. Entre sus influencias cabe destacar el redescubrimiento del arte primitivo africano por su simplicidad y fuerza expresiva y la teoría física de Shopenhauer contenidas en su obra el mundo como representación. En la pintura la luz y la profundidad desaparecen y se emplea la triple perspectiva para plasmar los objetos desde todos los puntos de vista y posiciones reflejando así la cuarta dimensión. George Braque, Juan Gris o Pablo Picasso son algunos de los máximos exponentes. Éste último destaca por encima del resto. La señoritas de Avignon son consideradas la primera obra cubista mientras que el Guernica se convertirá en una de las obras más célebres del mundo del arte en la que el malagueño dota al cubismo de expresividad dramática reflejando los desastres de la guerra y las angustias, concretamente se plasma el bombardeo de la legión cóndor del 26 de abril de 1937 sobre la ciudad de Gernika. Encontramos en su estilo dos tendencias en primer lugar el analítico y posteriormente el sintético. En el ámbito escultórico cabe destacar la obra de algunos artistas como Brancusi, con un estilo basado en la geométrica acción de la figura sin llegar a la extracción, Archie penco centrado en el estudio del hueco como conceptúan escultórico, Julio González estilo basado la fuerza y la expresión especialmente por la desolación y el horror de la guerra civil española de que destacan obras como cabeza de Monserrat o mujer ante el espejo, Pablo Gargallo y su gran expresividad o de nuevo Pablo Picasso que emplearía materiales como la madera la chapa o alambres para demostrar su maestría a la hora de elaborar piezas tridimensionales como vemos en cabeza de mujer o la cabra.

Por su parte el futurismo parte del manifiesto de mariné ti de 1909 en el que se afirmaba que un automóvil rugiente era más bello que la victoria de Samo Tracia. Se busca romper con el arte moderno mirar hacia el futuro hacia el desarrollo del maquinismo la energía el dinamismo la velocidad o el cambio. Entiende la figura como una superposición de fases en movimiento dentro de el espacio.

Ya durante las primeras décadas del siglo XX se produce la llegada de la abstracción. Con ella se produce el rechazo a la representación figurativa en favor del signo en el que un conjunto de formas sin aparente relación son capaces de expresar emociones y sugestiones. Kandinsky es considerado el padre de la extracción por esa búsqueda de lenguaje universal y simbólico mediante formas y colores, testigo en alguna de sus obras o su propio libro titulado de lo espiritual en el arte. Punto y línea sobre plano es una de ellas. Dentro de la abstracción encontramos tres tendencias: el constructivismo, neoplasticismo y expresionismo abstracto. El constructivismo cuya base ideológica es la revolución rusa entiende el arte como motor de cambio social destinado a las masas algo que casa con el ideario leninista y se emplean materiales como el acero las varillas o el cristal primando el espacio ante el objeto. Tatlin y su Monumento a la III Internacional o Malechitch con “Cuadro rojo y negro” son ejemplos de ello. El neoplasticismo empezó centrándose en el plano arquitectónico de la Holanda de principios del siglo XX mientras que en el ámbito pictórico destaca por encima de todas la figura de Piet Mondrian que evolucionó desde el realismo hasta la tracción más radical. Su estilo es claro sin accesorio geométrico y liberando a la pintura de todo objeto. Por el empleo de colores neutros fue calificado como el sacerdote al servicio de la superficie blanca. Finalmente el expresionismo extracto de origen norteamericano nace con el fin de potenciar un arte no figurativo y geométrico. La llegada de artistas europeos refugiados de la Segunda Guerra Mundial propició la madurez artística de Estados Unidos. El objetivo era buscar la agresividad del color por medio del gigantismo de los formatos. Destaca la obra de Jackson Pollock y su técnica action Painting o aplicación directa de la pintura sobre lienzo colocado en el suelo y en Europa destaca tapias aunque su obra ha sido calificada más de informalista que academicista. Tras la Segunda Guerra Mundial surgen nuevas tendencias en el panorama artístico donde destacaremos algunas como el Pop Art de origen británico ha influenciado por la cultura de masas y medios de comunicación cuyo máximo exponente es Andy Warhol. El arte minimalista por su parte pretende ligar al creador de sus obras con piezas destinadas a ocupar grandes espacios y hechas mediante la fabricación industrial. Por su parte el Land Art busca en la naturaleza el medio de expresión para conseguir un arte efímero que solo puede ser observado desde el aire de tal forma que las fotografías alcanzan un gran valor de mercado. Incluso el Bodyart es otra de las tendencias que en este caso se encuentra en el cuerpo pintado o incluso herido como medio de expresión. Finalmente destaca el liberalismo mediante una pintura casi fotográfica con obras de artistas como Eduardo Naranjo o Antonio López aunque el estilo de este último se aleja de la técnica americana en la que surge esta corriente.

Finalmente y en el ámbito de la cultura de la segunda mitad del siglo XX destacamos la figura de artistas como Calderón y su estilo de escultura cinética, David Smith quien bebe de las influencias de Julio González y Pablo Picasso y como no Eduardo Chillida que mediante sus elegantes cortes arquitectónicos y majestuosa presencia elabora piezas que se relacionan con el contexto en el que están colocadas como el peine del viento o Estella.

Como conclusión podemos decir que desde finales de siglo XX empiezan a desarrollarse cantidad de movimientos estéticos conformando así uno de los periodos más ricos y complejos de la historia del arte, un arte que no debemos entender como una progresión de rupturas sino como distinta forma de interpretar el rechazo hacia lasco hacia los convencionalismos académicos que constriñen las artes plásticas proponiendo así nuevas formas de entender el arte. 

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