LA ILUSTRACIÓN

 Podemos definir la Ilustración como un movimiento filosófico y cultural que nace en Francia a lo largo del siglo XVIII bajo un método racional y empírico con el fin de analizar al hombre, la sociedad y el conjunto de las instituciones del Antiguo Régimen. Este siglo, también llamado el Siglo de las Luces o el Siglo de la Razón, el movimiento de la Ilustración se extenderá por gran parte de Europa con el fin de socavar los cimientos del Antiguo Régimen. Aportará el soporte teórico a los liberales en su lucha frente a las monarquías absolutas, la sociedad estamental y el control de la economía por el Estado.

Pintura de Charles Gabriel Lemonnier que representa la lectura de una tragedia de Voltaire, por entonces en el exilio, El huérfano de la China (1755), en el salón literario de madame Geoffrin en la calle Saint-Honoré de París. Los personajes más notables reunidos en torno al busto de Voltaire son Rousseau, Montesquieu, Diderot, d'Alembert, Buffon, Quesnay, Du Plessis y Condillac. Además, figuran Gresset, Marivaux, Marmontel, Vien, La Condamine, Raynal, Rameau, mademoiselle Clairon, Hènault, Choiseul, Bouchardon, Soufflot, Saint-Lambert, el Conde de Caylus, Felice, el barón de Aulne, Malesherbes, Maupertuis, Mairan, d'Aguesseau, Clairaut, la condesa de Houdetot, Vernet, Fontenelle, el duque de Nivernais, Crébillon, Duclos, Helvètius, Vanloo, Lekain, Lespinasse, Boccage, Réaumur, Graffigny, Jussieu y Daubenton.


Los orígenes de la Ilustración hay que buscarlos en el pensamiento filosófico, religioso y político del siglo XVII cuyos principales representantes son Descartes y su teoría de la duda metódica y el espíritu crítico; Newton y su método científico y experimental, y John Locke defensor de las ideas sobre el contrato entre el soberano y sus súbditos con la necesaria separación de poderes. Este último fundamentó la Revolución Inglesa afirmando que los gobernantes eran los administradores de la comunidad y que si el gobierno no era capaz de cumplir, el pacto debía romperse y el pueblo asumiría el derecho de protesta.

Con la finalidad de buscar la verdad y analizar las leyes que rigen la naturaleza de la sociedad humana y de tal forma de lo que sucede en la física o la química, los pensadores ilustrados pasarán por el filtro de la razón todo lo existente y rechazan como algo contrario a la naturaleza todo lo que se considera irracional. Con esto, someterán a una crítica implacable cantidad de realidades económicas, sociales, políticas o religiosas y conceptos y valores tradicionales para acabar con el oscurantismo, la ignorancia y los prejuicios. La Ilustración tendrá una incidencia muy directa en acontecimientos revolucionarios de los siglos XVIII y XIX aportando al liberalismo los principios ideológicos y culturales en su enfrentamiento con el Antiguo Régimen.

Los principios fundamentales en los que se centra la Ilustración son: el hombre individual como elemento esencial de la sociedad, la razón como motor del hombre, la felicidad como fin último de la actividad humana, o el progreso como proceso indefinido y conjunto de leyes mediante la cual se rige la naturaleza humana. Los ilustrados también someterán a crítica y rechazaban el antiguo orden de las cosas haciendo propuestas y afirmaciones para fundamentar sus planteamientos: una religión natural carente de dogmas ni milagros denominada el de ismo; la libertad y la igualdad y la propiedad como derecho fundamental del hombre y de la sociedad, y una autoridad política centrada la voluntad general que facilite la búsqueda de la felicidad.

La ilustración se difunde por medio de libros, revistas, gaceta, periódicos, cafés, tertulias, clubes, logias masónicas, academias o universidades y recopila la aplicación de su pensamiento a los conocimientos humanos en los conocidos 28 volúmenes de La Enciclopedia  que dirigió Diderot y D’Alambert, Aunque el título original era: “Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios”. Su publicación fue notablemente clandestina y la censura suspendió la distribución en dos ocasiones. Desde Francia a las nuevas ideas extendieron por el resto de Europa y llegaron a América.

La problemática política es primordial dentro del pensamiento ilustrado. La idea principal se basa en incorporar a la sociedad los nuevos ideales centrados en la libertad y la justicia necesarios para conseguir la felicidad terrenal del ser humano, de lo que deriva el interés por la legislación así como el ideal de que la ley sea igual para todos. 

Montesquieu fue un filósofo, jurista e historiador de origen francés que publicó cantidad de libros. Entre todas sus obras destacamos en este contexto L’spirit des lois, en la cual expone su teoría política y con la que alcanza una fama internacional. Toma como ejemplo la situación de la monarquía inglesa a partir de la revolución del año 1688 y el pensamiento de Locke. Defiende en esta obra que la solución del mal de la sociedad debe centrarse en el principio de la separación de poderes y el modelo inglés.

Es cierto que la raíces de este pensamiento se encuentran en Locke, responsable de la doctrina de la monarquía constitucional bajo la teoría de un gobierno limitado por las leyes y los derechos, aunque la formulación más nítida se debe a los filósofos franceses Montesquieu y Rousseau, Sin dejar a un lado a Voltaire, Diderot o D’Alambert, responsables de divulgarlo por el resto de Europa. El pensamiento ilustrado pronto fue asimilado por la burguesía y se basó en él para catapultar y derrumbar el antiguo régimen.

 J. J. Rousseau fue mucho más radical que Montesquieu en su planteamiento ya que se declara partidario de la República y de la más absoluta igualdad así como de la soberanía directa y universal del pueblo o la omnipotencia de la voluntad general que identifica con la ley. Fue colaborador principal de la enciclopedia y su forma de pensar se basa en la idea de que la civilización ha sido corrompida y afecta a la humanidad y por lo tanto hay que rehacer nuevas normas así como un nuevo contrato social y una sociedad nueva al igual que ocurre con el Estado.

En su destacada novela titulada Emile, hace una descripción de la imagen ideal del ciudadano y expone el medio para conseguir que un niño pueda alcanzar ese ideal. Según él, como el hombre es bueno por naturaleza tan solo es necesario que el vicio y el error se mantengan alejados y que el niño se forme lejos del mundo y de la mala influencia de la sociedad. Como se puede entender, esta obra tuvo una muy mala acogida por parte del gobierno y de la iglesia y fue condenada, e incluso quemada hasta tal punto que el autor fue detenido y desterrado siendo confiscado todos sus bienes. En otra de sus obras titulada "El contrato social", defiende los fundamentos del poder: un pacto social existente entre el gobierno y los gobernados mediante el cual el pueblo libremente se reconstituye en soberano y expresa su voluntad a través de la ley. Es lo que se considera el principio de la soberanía nacional. Mientras que el pensamiento de Montesquieu atacaba frontalmente una de las bases de la monarquía absoluta, el ejercicio del poder, defendiendo la separación en vez de la concentración del mismo, el pensamiento de Rousseau ataca otra base esencial del absolutismo: el origen del poder, defendiendo su procedencia del pueblo y no de Dios. Es más, Rousseau también atacaba otro pilar fundamental del antiguo régimen, la sociedad estamental, defendiendo así la igualdad de todos los hombres frente al privilegio Y la diferenciación de unos frente a otros.

El pensamiento económico de la ilustración.


Frente a la tradicional economía centrada en reglamentaciones rígidas gremiales y el control del Estado por medio del mercantilismo, a partir de la ilustración surgen dos teorías económicas fundamentales: la fisio gracia y el liberalismo económico que se impondrán a la parte de las nuevas ideas.

La fisiocracia centra el poder en la naturaleza y es la primera doctrina económica de la historia que tuvo vigencia a lo largo de 20 años desde la publicación del primer libro de su principal teórico el francés François Quesnay en el año 1758. Se trata de una cocina fisio crítica centrada en la búsqueda y formulación de unas leyes naturales para regir el orden económico. Los fisiócratas defienden que los hombres necesitan apropiarse del fruto del trabajo y que la propiedad y el interés individual forman parte del orden natural de la economía. También nos dicen que el derecho a disponer de uno mismo y el dejar hacer libremente al hombre son parte del orden económico natural. Finalmente la escuela afirma que la principal fuente de riqueza reside en la agricultura y en la minería, es decir: en la tierra.

Ya en el año 1776 se publica el libro del escocés Adam Smith titulado “Investigaciones acerca de la naturaleza y la causa de la riqueza de las naciones” que directamente atrae la atención de los grandes economistas del mundo y hace que la escuela fisiócrata quede relegada a un segundo plano. De esta forma el liberalismo económico sustituyó a la fisiocracia y sus principios se extienden por todo el mundo por medio del capitalismo. El mismo Adam Smith es el máximo exponente y principal teórico y defensor de la idea básica de que el hecho de que el bienestar colectivo se basa en la libertad económica del individuo. Por tanto la búsqueda del interés propio determina el interés general así como la riqueza de las naciones es fruto de la suma de las riquezas individuales. Este liberalismo económico parte de las ideas de la fisiocracia aunque trata de superarlas. Busca también un orden natural de la economía estableciendo una serie de leyes naturales:
  • Tendencia natural del individuo al lucro y al propio interés
  • La puerta la demanda regula la actividad económica y los precios
  • La libre competencia
  • La libertad de la producción
  • La libertad y la circulación de los intercambios
  • La libertad de contratación
De esta forma Adam Smith siente al principio de que el trabajo es la principal fuente de todo incremento en la riqueza y señala la importancia del ahorro que crea el capital y alimenta el trabajo productivo. También defiende que el Estado debe estar al margen de los asuntos económicos y le atribuye funciones como la defensa de las personas y el mantenimiento de las propiedades, la seguridad interior y exterior, la educación y la realización de grandes obras públicas.


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